Rebanadas / De chiles y algo más

AutorCony Delantal

RECORRIDO EN NOGADA

Lo prometido es deuda. En estos días he andado de aquí para allá probando esa delicia que son los chiles en nogada. Desde luego no diré que haya sido un sacrificio, pero lo que sí es un hecho es que no quiero ni pesarme...

Pero bueno, es sólo una vez al año y no me arrepiento a pesar de que cada vez que entro a mi cuarto siento que la báscula me mira con temor desde el baño.

Hablar de chiles en nogada es hablar de toda una tradición en la gastronomía mexicana, hay quienes esperamos casi un año para saborear este manjar de reyes o de emperadores, y si no, pregúntenle a Iturbide.

Para empezar, aproveché una visita cultural que hicimos por el Centro Histórico y con toda intención fuimos a dar a la tradicional Hostería Santo Domingo, en la plaza del mismo nombre, en donde cada chile lo sirven en $220.

En este lugar, a diferencia de lo que dictan los cánones, el chile lo capean. La verdad es que la salsa de nuez estaba deliciosa y complementaba muy bien el capeado. Lo comento porque a algunos conocedores no les gusta capeado, sobre todo por aquello de que no tiene que ver con la receta original.

La granada estaba fresca y el sabor delicioso. El tamaño, ideal. Ni muy grande, ni mucho menos raquítico. A mí me agradó bastante. Además, haber disfrutado un plato con tanta historia en un lugar de tal tradición, fue encantador.

Estar rodeada de edificios como Bellas Artes, Correos, Palacio de Minería y Palacio Nacional me hizo pensar en las monjas del convento de Santa Mónica, y en aquel momento en que -según cuenta la historia- crearon este platillo para recibir a Agustín de Iturbide. Claro, ésa es sólo es una de las versiones sobre el origen de estos chiles.

Pero mi antojo no paró ahí. De lo tradicional de la Hostería, días después me lancé al Porfirio's que está en la renovada y muy polémica Masaryk. Ahí fui con un par de amigas a disfrutar de un chile en nogada de $250.

Me quedé sorprendida de lo rico que lo preparan en este lugar. A diferencia de la Hostería, el chile es mucho más grande y no va capeado. Lo sirven de tal manera que la nogada cubre solo una parte del chile.

Es algo mágico disfrutar aquí el platillo pues se combina el pasado con la modernidad del lugar.

Otra versión más moderna la probé con mi marido en el restaurante Bonito, pero no en el de la Condesa, sino en el nuevecito que se encuentra en Avenida La Paz.

Tengo que decirles que también quedé gratamente sorprendida, aunque mi maridito protagonizó escena. Y es...

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