Rebanadas / Cerrón...

AutorCony De Lantal

Sin decir agua va, nos cerraron el Garabatos la semana pasada. Lamentablemente, también le dieron al traste a la buena convivencia entre comadres.

Qué sabroso era un buen cafecito a media mañana, acompañado de chismes, intrigas, enredos y recorte sin fin. ¡Nos cortaron la inspiración! No se vale. Pocos son los lugares en los que te sientes a gusto para la viboreada y éste era uno de ellos.

Y no creas que éramos las únicas "desoficiadas", tampoco los señores le fallaban a la cita diaria con sus amigotes.

Con esta cerrada de puerta que nos dieron en las merititas narices, acabaron de sopetón con un sinfín de tradiciones, porque el Garabatos ya se había convertido en centro de reunión de varios grupos establecidos que se pasaban ahí las horas con un cafecito... Oh, oh, híjole, a lo mejor eso fue lo que lo mató, porque la mayoría íbamos a hacernos guajes con un solo cafecito y calentábamos silla por horas.

En realidad no te sé decir cuál fue el motivo exacto por el que se decidieron a cerrarlo, pero no creo que haya sido por exceso de ingresos. Tal vez el Sr. Ernesto Canales andaba tan encuerdado con sus otros restaurantes, como La Parola, el Messa Rica o el nuevo Mandarín, que dejó de pelar a uno de sus primeros negocios. Porque si mal no recuerdo, este Garabatos ya tenía unos 20 añitos en esa placita Las Villas de Calzada del Valle, con ese novedoso concepto de cafetería que, en ese entonces, no se veía mucho por acá.

Garabatos fue por muchos años la otra opción a Sanborn's, antes de que llegara aquí esa moda de los cafecitos y se plagara de tantas cadenas.

En su lugar ya están planeando otro restaurante propiedad de Roberto Garza, quien se está apoyando en la experiencia de Nico Canavati y Toño Márquez para darnos una sorpresita por allá de mediados del verano.

Pues la semana pasada me quedé de ver ahí entrada la tarde con las comadres y, ¡oh, sorpresa!, nada de Garabatos. Qué depresión. Te juro que sí nos pegó.

Tuvimos que irnos al lado, a las ensaladas, que por cierto estaban muy socorridas, no sé si porque ya no había otra opción en la placita.

En realidad el Super Salads se sigue anotando puros dieces con sus ensaladas. Están requetebuenas. Y ahora que nos pasamos ahí la obligada hora del chisme, hasta sus sillas me encantaron, están modernas y cómodas.

Ya no hay de otra, habrá que buscar nuevo punto de reunión, quien quite y ahora las viboreadas sean más sanas, por aquello de que estuvimos muy a gusto en el Super Salads.

Desplazada...

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