Rebanadas / Brillo propio

AutorCony Delantal

EN CANDELA ROMERO

¿Alguna vez vieron la película de Ratatouille, en la que salía ese temido crítico gastronómico llamado Mr. Ego? Una amiga que sabe que me dedico a estos oficios me comparó con aquel señor.

Todo esto salió a colación porque la invité a comer a la más reciente novedad gastronómica del Hotel St. Regis: Candela Romero. Tras la cocina está el chef español Alejandro Sánchez, quien tiene en su haber una estrella Michelin.

Mientras íbamos llegando a nuestra mesa, mi amiga dijo: "Si yo fuera el chef temblaría de saber que 'Mrs. Ego' está aquí". Fue un decir. Ella sabe que me paseo como Juan por mi casa sin anunciar mis visitas. "A mí nadie me conoce ni me espera", le dije.

Este restaurante tiene un diseño padrísimo, trendy, con una sofisticación que casi se puede tocar. Tiene una cava en forma de cajones de madera que recorre toda una pared sensacional y contrasta con las paredes de ladrillo, los espejos y un área de bar deliciosa.

Como plus, hay un pequeño escenario donde tocan música en vivo varios días de la semana. Oldies, música cubana y alguna otra.

El ambiente es muy de negocios, pero se ve que es versátil según el día. Creo que Candela es ideal para una ocasión especial. Lujo en todos los sentidos.

Ese día vimos ahí a Rosario Robles comiendo a gusto. Y algo me dice que no debe ser la única política que se dé sus vueltas.

La carta no es fácil por ser algo fuera de lo común. Mi amiga, más acostumbradita a los restaurantes comerciales tuvo algo de problema para elegir, pero le di una ayudadita.

Ordenamos los mejillones al wok ($140) con panceta de cerdo ibérico y una salsa de jitomate que convirtió a estos mejillones en unos de los mejores que recuerdo.

Lo mismo sucedió con la ensalada de jitomate orgánico ($160) que además de lucir divina en el plato con sus alcaparras y microgreens, estaba soberbia. Una vinagreta de vino tinto, algunos encurtidos y los cortes gruesos de marlin ahumado fueron dignos del mejor banquete.

Mientras iba haciendo estas observaciones a mi amiga, ella me recordó algunas de las palabras acerca de los críticos gastronómicos que Mr. Ego decía en aquella inolvidable película.

"Prosperamos -dice el personaje en la cinta- gracias a nuestras críticas negativas que resultan divertidas cuando se las escribe y cuando se las lee. Sin embargo, a veces el crítico realmente arriesga algo, y eso sucede en nombre y en defensa de algo nuevo". Obvio nada que ver conmigo ¿o sí?

Sin ganas de experimentar mi amiga ordenó...

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