Rebanadas / Aloha, Hawaii

AutorCony DeLantal

Hola de nuevo. Esta semana regresé a disfrutar del Hawaii de mis mejores años, un destino que ya tenía rato de no visitar, y me sorprendió que continúa tan atractivo y turístico como siempre.

Me refiero al restaurante por supuesto, porque la isla seguirá siendo mi fantasía. Llevo todo un matrimonio tratando de que me cumplan esa luna de miel que me prometieron saliendo de la iglesia, pero mi marido tiene un humor tan negro, que, cada vez que me dice "ora sí te voy a llevar a Hawaii", terminamos cenando en esta misma esquina de Roble y Gómez Morín.

Una vez más. Ya pasaron chorromil lunas y toneladas de miel en los hot cakes y el Hawaii Cinco Cero (nombre real en honor al programa ficticio) vuelve a ser lo más que me lograré acercar a la Polinesia, porque está claro que el polinecio hasta aquí me va a llevar.

Muy bien recreada por cierto. Me sigue encantando esta exótica ambientación de atolón, tan asiática como selvática, tan vigente hoy en día como desde los ochentas, cuando así igualita lucía. Atmósfera que a muchos se nos volvió parte del paisaje cotidiano, pero que sigue atrayendo y maravillando a turistas y foráneos, cada vez en mayor número, por tanta empresa extranjera que llega atraída por la cercanía con EU, aunque Samuel diga que es gracias a él.

No sé si a esta velada también le podría llamar "nearshoring", pero al llegar me topé con mesas plagadas de comensales con rasgos orientales, como si verdaderamente estuviera acercándome a las costas del mismísimo Hawaii.

Sabores del oriente, atractivo colorido, exuberante vegetación... todo eso tiene esta ficción que me hizo sentir en las playas de Waikiki bajo esta enorme palapa que emula la casa del Tiki.

Casi le doy por buena a mi marido esta fantasía que empezó como una broma; sólo le habría bastado parecerse al Magnum de aquéllas épocas, pero ni al "mínimum" le llega el ingrato, así es que sorry, pero sigue debiéndome el viaje, amén de las veces que me traiga aquí a cenar.

El menú sí va muy a la par de mi sueño isleño, con sushis, teppanyakis y pokes muy gourmets que autentican la experiencia. No podía dejar de volver a disfrutar de ese cortadillo de huachinango (690 pesos) con guacamole, frijolitos y cebolla cambray, que es de sus platillos más representativos. Riquísimo como siempre.

Y de entrada unos rollitos Smoked Salmon Wailea (300 pesos) atiborrados de pasta kanikama con salsas de anguila, mango y chile japonés, que los sentí como el Kilauea estallando en mi paladar.

Nuestro...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR