Rebanadas / ¿Un 14 sin restaurantes?

AutorCony DeLantal

A menos que suceda un verdadero milagro y por arte de magia nos libremos ipso facto de este parásito que nos aqueja -ya sea del propio coronavirus o del Gobierno que no sabe cómo lidiar con él; o de los dos si es posible- lo que se nos avecina es un 14 de febrero sin restaurantes por primera vez en la historia del amor regiomontano, aclarando que nunca ha sido pichicato ni codo como sugiere nuestra fama.

Nada menos que a estas alturas del año pasado, todavía mostrábamos nuestro desenfrenado afecto consumista con un tráfico de locos y las mesas atiborradas, como siempre había sucedido en una fecha de estas.

Acuérdate que la pandemia y el temor colectivo empezaron "oficialmente" el 11 de marzo, cuando un conocido sampetrino -y aún más conocido a partir de ahí- tuvo la "honrosa" distinción de ser nominado "el paciente número 1".

Un mes antes, el virus era un cuento chino y aquí celebrábamos al amor con singular soltura, muy quitados de la pena y muy quitados de todo, sin restricción ni protección alguna.

Obvio que por protección me refiero al cubrebocas. Santo cielo, lo demás no sé, pero espero que todos hayan seguido también esos otros protocolos o ahorita tendrían más de una razón para estar yendo a la farmacia.

Por primera vez, Cupido se verá obligado a hacer home office. El doctor sabelotodo y cierralotodo no sólo tiene a los restaurantes con el horario restringido a las 8 de la noche, sino que tampoco los está dejando abrir los domingos, y, ¿ya viste el calendario?, ¡este año el 14 de febrero cae en domingo! Qué triste, bebamos.

Deberán ser sumamente creativos los restaurantes para evitar el desastre en uno de los días más redituables del año. Y eso significa que tal vez tengan que diseñar toda una experiencia a domicilio que incluya hasta el chef y los violines, con tal de acercarse lo más posible a la vivencia que ofrecían en sus mesas.

Yo pago por ver. En mis tay-tantos años de ejercer la profesión de comensal jamás me había visto rebajada a organizarme yo misma una cena romántica en esta fecha tan significativa -ni en ninguna otra- y no pienso que esta vez sea la excepción.

Tema eterno de discusión con mi marido, ya sabes, ellos a fuerza buscan que tú prepares todo y te quieren esclavizada en la cocina con tal de ahorrarse las salidas, pero ellos no te cambian un foco ni escatiman en gastos para que alguien más lo haga.

A ver, así como te haces wey con los focos y la plomería y prefieres pagar una fortuna de electricista o plomero...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR