Rayan en protesta obra de Saramago

AutorEdgar Alejandro Hernández

Miembros de la comunidad judía en México remitieron el pasado diciembre a la editorial Alfaguara más de 60 libros de José Saramago en protesta por los comentarios "antisemitas" realizados por el Nobel de Literatura portugués sobre el conflicto palestino-israelí.

Cinco meses después, el hallazgo fortuito de uno de estos libros permite reconstruir la historia.

En marzo de 2002, Saramago, quien hoy comienza en la Ciudad de México la promoción de su más reciente novela, El hombre duplicado, comparó la ocupación israelí de los territorios palestinos con lo sucedido en el campo de exterminio de Auschwitz, donde fueron asesinados cerca de dos millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

"Hay que dar la alarma en todo el mundo para decir que lo que ocurre en Palestina es un crimen que debemos detener y que, a pesar de las diferencias de tiempo y de lugar, podemos comparar con lo que ocurrió en Auschwitz", dijo el Nobel durante la visita que realizó al presidente palestino Yaser Arafat como miembro de una comisión del Parlamento Internacional de Escritores (PIE).

El 13 de diciembre de 2002 llegó a las oficinas de Alfaguara un paquete con 60 libros del autor acompañado de una carta para la directora editorial de la empresa, Marisol Schultz, firmada por Cecilia Cung y 60 miembros de la comunidad judía en México.

"Estimada Marisol, entre gente civilizada, un recurso para protestar y manifestar el repudio ante la obstinación de José Saramago de promover el odio y el racismo es devolverle al autor, antes admirado, sus textos y libros. Ante nuestros ojos, un gran escritor se empequeñece cuando lo invade el prejuicio y la irracionalidad tal y como enseñó ya la historia durante la época del nazismo, cuando el espíritu crítico se convirtió en lacayo de la intolerancia", señalaba la misiva.

Títulos como Ensayo sobre la ceguera, Todos los nombres y El Evangelio según Jesucristo fueron enviados con la portada, los cantos y las páginas interiores plagadas de reclamos a su autor. "Protesto", "No hay peor ceguera que la ignorancia" y "Estudia historia" son algunas de las anotaciones hechas con plumones de color azul, naranja y rojo en los volúmenes, junto a calificativos como "ciego" e "ignorante".

En algunos ejemplares, los lectores optaron por interpelar al Nobel: "para opinar hay que saber bien de qué se habla", o bien cuestionarle: "Saramago, ¿por qué no te informas bien?". Los más audaces le pintaron cuernos de diablo a la foto del escritor que...

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