Al ras del riel

LAS JUNTAS.- En la Calle Colima, en Las Juntas, Tlaquepaque, los vecinos han tenido que aprender a convivir con un visitante incómodo: el ferrocarril que viaja hacia Colima y las vías por donde transita, además del peligro que éste genera.

"Tengo 70 años viviendo aquí, sabrá Dios cuándo harían la vía, pero no era transitable, antes nomás era embarcadero. Vine porque nos corrió la fábrica de cemento. Aquí nos regaló un primo hermano", relató Jesús Vaca.

Dicen que a todo se acostumbra uno y para muestra está el hecho de que los colonos han aprendido a ignorar el ruido del tren.

"Ya si lo escucha uno se voltea para el otro lado y ya se queda dormido", agregó Jesús.

Los habitantes tienen miedo a que un mal día se descarrile el tren y les vaya a tumbar sus casas, pues eso ya ha pasado.

"Venía vacío y nomás chocaron los vagones, si hubiera venido cargado hubiera hecho un desorden. Todo mundo está con miedo porque ya ves que es curva, cuando va despacito no hay peligro, pero a veces va muy recio", sostuvo Gabriel Zepeda.

Lo difícil es cuidar que los niños no se atraviesen las vías sin precaución, pues cruzan de prisa porque si les gana el tren se quedarán atorados un buen rato frente a sus casas.

Incluso, María ha tapado una barda de su casa con una tabla para evitar que se le salgan los chiquillos.

Los vecinos...

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