Ramón de la Peña Manrique / En plenitud

AutorRamón de la Peña Manrique

A partir de hoy, mi esposa tiene el derecho de llamarme "adulto en plenitud o anciano en plenitud", lo que mejor le parezca a ella. ¡Ja!, ¿en plenitud?, brincos dieras, dice mi amigo virtual, Katchumo, el gran gurú de Santa Catarina.

Pues sí, estimado lector, acabo de cumplir 60 años; efectivamente, se me acaba de terminar mi sexta moneda de vida y, de acuerdo con la fábula de las ocho monedas que le conté hace tiempo, ya sólo me quedan dos, así que más vale que las uses sabiamente, me vuelve a recalcar Katchumo.

Hoy aprovecharé la ocasión para compartir con usted diez reflexiones que me han gustado, que he aprendido al paso de mis seis monedas y que he tratado de usar en mi vida personal y profesional.

  1. Sin duda, la vida es más bella cuando la puede escribir uno mismo. Para nosotros, en el Conevyt-INEA, la mejor pluma para escribir el libro de nuestra vida es la educación. Una educación que nos transforme en una persona que sabe, que sabe hacer mucho con lo que sabe; que nos induce a actuar de una manera responsable, que nos motiva a trabajar con calidad y perseverancia, que nos permite ser buenos empleados si eso queremos ser o que nos permite crear una empresa y transformarnos en empleadores. Una educación que nos induce a actuar honestamente, con veracidad, tenacidad y respeto por los demás.

  2. La vida debe estar llena de una serie de acciones que nos permitan vivir, aprender y dirigirnos en la dirección de nuestros sueños y metas. Desde luego, la gran fuerza impulsora se basa en tres factores clave: querer, saber y perseverar.

  3. Si usted es un creyente, entonces su fortaleza interior viene de saber que Dios está y vive en cada ser humano, como dice la sabiduría popular: si esa humanidad muere, entonces Dios dejará de existir. Pero, para mí, Dios dejará de existir si dejamos de actuar de acuerdo con su enseñanza básica: nadie puede amar a Dios, a quien no ve, si no ama a su prójimo, a quien sí ve.

  4. Nuestra vida es finita, así que más vale que usemos nuestro tiempo sabiamente; criticar es muy fácil, pero si eso no va acompañado con soluciones y acciones, con ganas de construir algo nuevo o mejor, entonces la crítica ya no es tan útil. Debe haber un infierno especial para aquellas personas que se dedican a destruir sueños y proyectos; pero sobre todo para aquellas que se dedican a destruir vidas y reputaciones con su crítica o pluma destructiva.

  5. Yo creo que a cada quien le dan lo que se merece en esta vida o en la otra. Así que trate...

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