Ralph Lauren: Diseña hasta su nombre

AutorSandra Rodríguez

El diseñador Ralph Lauren, cuyo nombre es sinónimo del lujo americano, no estudió diseño, creció en la pobreza y tiene orígenes rusos.

Su verdadero nombre es Ralph Lifshitz, y nació en Nueva York en 1939. Era el más pequeño de cuatro hijos de inmigrantes rusos.

La familia vivía en el Bronx, en un pequeño departamento de sólo dos recámaras, señala la autora Teri Agins en su libro "The End of Fashion" (El Fin de la Moda). Su padre, Frank, pintaba casas, y el dinero escaseaba.

Pero Ralph era ambicioso. En los años 50 trabajó como guía de un campamento caro y mesero en un buen restaurante. Ahí tuvo ocasión de convivir con personas acaudaladas, y anheló convertirse en una de ellas.

Alrededor de esas fechas, se aficionó a las películas de Fred Astaire y Cary Grant. A pesar de tener un presupuesto limitado, empezó a imitar la manera de vestir a esos actores.

Agins relata que, al poco tiempo, Ralph se cambió el apellido. Consideraba que Lauren, a diferencia de Lifshitz, lo haría parecer de buena cuna. Junto a la foto suya que apareció en su anuario de la preparatoria, simplemente decía: "Ambición: Ser millonario".

Tras la prepa entró a la City College de Nueva York, pero abandonó sus estudios para trabajar como vendedor de trajes en una tienda Brooks Brothers.

Estaba obsesionado con su imagen. Pese a su sueldo modesto, con su descuento para empleados se las ingeniaba para vestir bien. Pero el soñaba algo más.

Nunca estudió diseño, sin embargo, decidió convertirse en diseñador de modas.

"Ralph no tenía la fantasía de convertirse en diseñador. Se convirtió en diseñador para poder cumplir sus fantasías", expresa Jeffrey Trachtenberg, su biógrafo.

La buena presentación de Ralph y la personalidad refinada que había desarrollado para ocultar sus orígenes le abrieron puertas. Consiguió inversionistas y fundó la casa Polo Ralph Lauren en 1967. Se enfocó a la creación de piezas básicas, como blazers, camisas y suéteres muy convencionales.

Más que ser un virtuoso de la alta costura, Ralph era un mago de la mercadotecnia. En sus tiendas y anuncios empezó a mostrar elementos como chimeneas, maletas de cocodrilo, muebles de maderas finas y dibujos de nobles a caballo.

Ralph asociaba estos objetos con la clase acomodada de Estados Unidos que él admiraba, conformada principalmente por "wasps", es decir, por anglosajones blancos y protestantes.

Al principio los verdaderos wasps se burlaban de que alguien salido del Bronx los quisiera imitar, recuerda Agins. Pero...

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