Rafael Aviña / ¡Uy, qué frío!

AutorRafael Aviña

La aparición de asesinos psicópatas reales y ficticios en ambientes urbanos, suburbanos y rurales, dedicados por lo general a descuartizar a jovencitos en impactantes orgías de sangre, se remonta a fines de los 70 y principios de los 80, con títulos como Masacre en Cadena, Sentenciados, Maniaco y las sagas de Halloween, Viernes 13 y Pesadilla en la Calle del Infierno, que establecían la llegada de un nuevo subgénero del horror: el gore.

Tres décadas después, el tema sigue generando en taquilla, como lo demuestra una enésima variante del asunto, que llega desde las gélidas regiones noruegas.

Escalofrío (Fritt Vilt, Noruega, 2006), del joven debutante experto en cine publicitario y videoclip Roar Uthaug, de quien se dice realizó su primera película de asesinos a los 13 años con una Handycam, se convirtió en un éxito en Noruega el año pasado.

Con un tema manido hasta el cansancio, plagado de todos los lugares comunes del género y que sigue con eficacia y mucho oficio las recetas establecidas, la película traza la pesadilla de cinco jóvenes atrapados en un hotel abandonado en pleno invierno y a merced de un indestructible asesino.

La impactante primera secuencia tiene la virtud de introducir al espectador desde ese instante en terrenos de suspenso y paranoia. Lo que sigue es la breve recreación semi documental -reportajes en prensa y televisión-, de lo que parece ser una suerte de...

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