Rafael Aviña / La visión de los vencidos

AutorRafael Aviña

Si una película como ¡Tora!, ¡Tora!, ¡Tora! (1970) proponía los puntos de vista estadounidense y japonés acerca del ataque nipón a Pearl Harbor, el veterano Clint Eastwood ha querido ir más lejos, filmando un par de obras que complementan desde dos perspectivas uno de los episodios más cruentos de la Segunda Guerra Mundial: la batalla de Iwo Jima, en marzo de 1945.

Si La Conquista del Honor mostraba la manipulación política y mediática alrededor de la afamada fotografía de la bandera estadounidense izada en señal de triunfo en el monte Suribachi, Cartas desde Iwo Jima (EU-Japón, 2006) es un respetuoso retrato sobre la futilidad de la guerra y la desesperanza de una nación condenada a la derrota.

Es muy probable que su filme no alcance la contundencia o la brutal ironía de otros célebres relatos antibelicistas como: Johnny Tomó su Fusil (Trumbo, 1971), Gallipoli (Weir,1981), o Ven y Mira (Klimov, 1985), no obstante, a sus 76 años, Eastwood sigue siendo uno de los grandes y sensibles artesanos fílmicos en activo, como lo muestra la terrible escena del suicidio colectivo, o ese encuentro entre el oficial nipón (medallista olímpico) y el marine herido.

Poco importa que en su díptico no aporte la sensación de heroísmo de un Raoul Walsh o un John Ford, o el nihilismo y la brutalidad de un Samuel Fuller o un Sam Peckinpah, o que haya momentos en los que Cartas desde Iwo Jima, se acerque a las añejas cintas de propaganda bélica de Hollywood (la violenta muerte a bayoneta del soldado estadounidense).

Para Eastwood y sus guionistas -apoyados en una fotografía contemplativa a lo Ozu y casi monocromática, a excepción de las escenas de acción-, la idea es mostrar el...

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