Rafael Segovia / Violencia organizada
| Autor | Rafael Segovia |
No era una novedad, ni será recibida por el público con alegría desmesurada. Es una posición del gobierno mexicano tradicional que por fortuna es aceptada por todos y ha evitado infinidad de problemas: no se van a enviar soldados para el mantenimiento de la paz al extranjero. La mesura es algo que siempre se ha tenido y los ejemplos del problema que tal operación acarrea dicen que esa forma de intervención termina por generar situaciones inesperadas: la muerte de 10 soldados franceses en Afganistán ha sido un revés para la política exterior de Francia, lo que se podría haber ahorrado el presidente Sarkozy. La desproporción y la oportunidad brillaron por su ausencia. Las últimas intervenciones fueron desmedidas: Primera y Segunda guerras mundiales, Vietnam, Argelia vieron movilizar y enviar a diversos frentes a cientos de miles de hombres, miles y cientos de miles de hombres muertos o lisiados de por vida, gastos desproporcionados que llevaron a Francia a perder su lugar privilegiado en el mundo.
El disparate francés no tuvo límites. El sur de Asia no tenía arreglo. La independencia de Conchinchina, Laos y Camboya no se podría evitar por una antigua potencia que había dejado de serlo. No sólo la derrota de 1940, sino la política exterior norteamericana que siempre estuvo en contra de las colonias -menos de las que de hecho eran suyas-, aliada en eso con la Unión Soviética, condenaban sin remedio al imperio francés. Los otros imperios como el belga, el danés, el holandés, pero especialmente el imperio inglés, después de un primer intento por mantenerse cedieron ante una independencia que sabían inevitable. La ONU se cargó de países nuevos y Estados Unidos de responsabilidades. El lugar cedido por Francia la Unión Americana pretendió llenarlo. Empezó enviando unos cuantos hombres fuera y terminó por enviar ejércitos enteros, con peores resultados aun que los franceses. Estados Unidos, sus ejércitos, jamás habían terminado una guerra que no fuera con una victoria total. Vietnam fue la primera derrota también total, de la cual sacaron una política exterior nueva, acorde con las consecuencias aportadas por la Segunda Guerra: no hay triunfos sin problemas, no hay intereses sin costos, no hay imagen eterna. Luchar precisamente contra su propia imagen, contra los bombardeos ciegos con un número de civiles muertos que agravan el conflicto y le crea una imagen de violencia que de ninguna manera les acerca a una salida rápida de una guerra, donde más...
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