Rafael Segovia / Un país por hacer

AutorRafael Segovia

Aunque la prensa extranjera se tome en serio las encuestas mexicanas, a la duda sobre su seriedad podemos darle una cifra cualquiera, mientras no diga cómo y a quiénes se hicieron las encuestas. Sabemos a quiénes no les gustaron. Coparmex, Canacintra y otras organizaciones patronales le soltaron una regañada al señor Calderón que aún debe estar lamiéndose las llagas. Lo menos que le dijeron es que en el país no hay seguridad. Eso, dicho al máximo responsable de la seguridad nacional, es decirle que no sabe hacer su oficio, si es que tiene oficio.

Los empeños utilizados por el gobierno para salir del apuro no son sino paños calientes. Más que pensar en ganar unas elecciones consideradas perdidas con una anticipación de meses, Martínez debe ponerse a pensar cómo se puede gobernar sin mayoría. Dada la voracidad de los partidos y de su representante mayor, el IFE, por mucho que se estire, las dificultades de tesorería ya deben de estar presentes. No se hace política sin dinero, menos aun en época de inflación. Y eso que las campañas aún no han empezado.

México va a encontrar problemas mayores. Sin Estados Unidos no se puede llevar una política de modernización y de crecimiento adelante, de educación y de bienestar en la medida de lo posible. No queda, pues, sino decir que sí a todo. La época en que México podía mantener una política ambigua, retrayéndose, diciendo sí y no a todo, retirándose a tiempo del atrevimiento americano, ya quedó atrás. Vamos a un nuevo tipo de política donde Estados Unidos va a pasar la cuenta de sus fracasos como imperio. De la misma manera que don Manuel Tello (padre) mantuvo una actitud encomiable de orgullo nacional en el caso de Cuba en la conferencia de Punta del Este, ante la falta de gallardía prácticamente de toda Latinoamérica, ahora, en el caso de Osetia del Sur, pongamos no por temor a arriesgar, tan pronto como México entre en el Consejo de Seguridad, a decir una palabra aunque la postura rusa sea de una claridad meridiana. Que Kosovo pueda proclamar su independencia con el apoyo de toda la Unión Europea y no un Estado del Cáucaso en las mismas condiciones que el Balcánico, es de hecho, un escándalo internacional y un revés para Estados Unidos, que por primera vez desde la disolución de la Unión Soviética se ve obligado a dejar retroceder a su aliado incondicional, antes que Rusia le borre del mapa.

La situación internacional sólo es una preocupación secundaria del señor Calderón. Sus preocupaciones...

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