Rafael Segovia / Fin de fiesta

AutorRafael Segovia

Hay un día del año en que el Papa les lava los pies a los pobres. Es una ceremonia ridícula, en la que de una cafetera la cabeza de la Iglesia vierte un chorrito de agua en señal de humildad. Precisamente, a estos pobres les han lavado los pies con lejía, cosa exagerada, pero nunca se sabe. Los pobres son capaces de cualquier cosa. Los hombres de dinero se descargan así de sus conciencias culposas.

Las declaraciones -unas de tantas- del Presidente de la República no han tranquilizado a nadie. Ha declarado al PAN no confiable y, para los buenos entendedores, ha confesado de manera retorcida que el PAN perderá las próximas elecciones. Releídas estas declaraciones -algunas, no todas- de los miembros de tan selecta selección de mujeres y de hombres, no han tenido una conducta del todo honesta.

Después de gobernar durante dos sexenios han dejado al País peor de como lo recibieron, con 50 mil personas menos, por el número de asesinados que hubo en esos gloriosos 12 años, pesan igual Fox que Calderón. Los 50 mil muertos son un auténtico escándalo sin comparación en ningún momento de la historia de México.

Un Gobierno no puede pensar que nadie es un auténtico delincuente antes de haber sido declarado culpable por un tribunal legal. Cuando tal cosa ha ocurrido puede ser condenado, antes no. Los 50 mil son asesinatos, que aunque tenemos una capacidad de olvido sostenida por unos mecanismos que ayudan a que así sea, nos cubrimos de vergüenza cuando, mientras Calderón hablaba en las Naciones Unidas de glorias nacionales, en Veracruz morían a más y mejor. Esos muertos hay que ponerlos en la cuenta del Gobierno, aunque hayan sido narcos.

No son sólo muertes atribuidas casi siempre a problemas de drogas, hay que juzgar 11, dentro de muy poco 12 años de Gobierno, de un partido que actuó sin alianzas, heredero también de un partido que gobernó de la misma manera. Se puede pues acusar a un gobierno priista aunque éste se remonte hasta Plutarco Elías Calles, si se origina en Felipe Calderón Hinojosa, con él desaparecerá, casi seguro, el PAN.

La conciencia empieza a remorderle puesto que ya conoce el Presidente nada menos que dejaron -aquí empieza a hablarse en plural que no es de majestad- muchos pecados que no enumera él, pero sí lo hacen los gobernados. Si nos atenemos a sus campañas de publicidad, se fueron los 12 años en hacer carreteras o en arreglarlas, y dígase la verdad, en construir hospitales. Sobre la educación no se puede...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR