Rafael Ramírez de Alba / ¿Abusa Uber de sus clientes?

AutorRafael Ramírez de Alba

Ante el aumento en la contaminación en la Ciudad de México, en días pasados se decretó la entrada en vigor de la Fase I de Contingencia Ambiental, por lo cual muchos dueños de vehículos que no circulaban optaron por utilizar el servicio de Uber.

Muchos de estos usuarios se molestaron al darse cuenta al intentar pedir el servicio que el precio que tendrían que pagar sería un múltiplo de dos o tres veces lo que costaría el mismo viaje en otros momentos. Algunos que normalmente están muy satisfechos con la empresa y defienden su derecho a prestar el servicio, afirmaron que estaba actuando de manera injusta y arbitraria, abusando de la apremiante necesidad de sus clientes, aprovechándose de un supuesto poder monopólico.

Ante este tipo de situaciones vale la pena recordar cuál es la función que juegan los precios para el adecuado funcionamiento de la economía en un sistema de libre mercado. Para esto debemos empezar por recordar una realidad fundamental que está en el origen del estudio de la economía: el fenómeno de la escasez.

¿Qué debemos entender por escasez? Simplemente que no existen, en un momento dado, los suficientes bienes y servicios para satisfacer todas las necesidades de toda la gente. Esta es una realidad, independientemente del sistema económico, ya sea comunista, capitalista o algún otro en el que podamos pensar. Por lo tanto, es necesario contar con un mecanismo para asegurarnos que los recursos sean utilizados prudentemente para la producción de aquellos bienes y servicios que sean más valiosos para las personas que viven una sociedad.

En ciertos sistemas, la realidad de la escasez se enfrenta mediante la centralización de las decisiones en alguna agencia gubernamental, la cual es la responsable de racionar y asignar los recursos bajo la premisa de buscar "el bien común". Esta solución suena muy atractiva en teoría; qué mejor que contar con servidores públicos que desinteresada y sabiamente tomen decisiones para satisfacer las necesidades más apremiantes, evitando los abusos. Sin embargo, ésta es una ilusión.

Por un lado, las necesidades de las personas son variadas, cambiantes e imposibles de medir de manera objetiva; por otro, los recursos se pueden utilizar para producir muchas cosas distintas. Es decir, la realidad es tan compleja que absolutamente nadie, ni contando con la tecnología más avanzada, tiene acceso a la información necesaria ni los incentivos adecuados para tomar las decisiones más acertadas para la sociedad...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR