Rafael Aviña / El marginado y su erotismo

AutorRafael Aviña

Existe hacia el final de La mitad del mundo (México, 2009), el espléndido debut en el largometraje del sensible y entusiasta realizador mexicano Jaime Ruiz Ibáñez, un arriesgado cambio de tono en el que caben algunas imágenes de una violencia latente todo el tiempo agazapada y siempre a punto de explotar.

Y es que ésta nueva ópera prima del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), mantiene un acento desenfadado de principio y fin para cerrar con una aparente y peligrosa vuelta de tuerca.

Pero esto no es otra cosa más que la consecuencia lógica de ese horror social y moral que se respira en esos apacibles pueblos de la provincia mexicana -y de toda Latinoamérica- donde no sucede nada en apariencia.

A partir de su cortometraje La caja (2003), centrada en la relación entre una anciana y su hijo retrasado mental y originalmente bajo el título de Pueblo caliente, fue tomando forma La mitad del mundo.

La trama narra el despertar sexual de Mingo (Ramírez extraordinario), un joven con cierto retraso mental, poeta fantasioso que recita de memoria pasajes de El cantar de los cantares de Salomón con los que impresiona a las mujeres del pueblo.

Su desconocido potencial erótico trastocará la sexualidad dormida del lugar, pero a su vez potenciará los prejuicios soterrados, los rencores machistas y la doble moral de sus habitantes dispuestos a culpar a aquel que resulta diferente.

Es a partir de la fuerte relación de Mingo con su muy madura madre (Huertas, segura ganadora del Ariel), quien se...

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