Rafael Fernández de Castro/ La hora de Tlatelolco en Washington

AutorRafael Fernández de Castro

Pero insistió en que sigue comprometido con sus propuestas migratorias y que después de las elecciones de noviembre (el 5 de noviembre hay elecciones para toda la Cámara baja, un tercio del Senado y 34 gobernadores) su Gobierno se embarcará en una nueva gran campaña en busca de apoyo al proyecto migratorio, promoviéndolo desde entre organizaciones de base hasta en el Congreso.

Después de una visita breve a la capital de Estados Unidos para participar en una conferencia sobre México, y la relación bilateral organizada por el nuevo Embajador Tony Garza, me he convencido de que ya hay una decisión para ir a la guerra con Iraq, con o sin el apoyo de los aliados, con o sin la sanción del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Pero incluso, me parece que George W. Bush obtendrá ambas cosas.

No obstante, la falta de pruebas de que en Iraq se construyen, además de armas químicas y bacteriológicas, armas nucleares y que se tienen conexiones con el terrorismo de Al-Qaeda, Washington ya empezó a ejercer presión sobre sus aliados, y el camino hacia Bagdad ha comenzado a despejarse para el ejército de las barras y las estrellas.

Durante el verano, el Presidente George W. Bush se mantuvo callado. Las dos facciones de su gabinete, los unilateralistas -neoconservadores y halcones- por un lado, y el conservador internacionalista -el Secretario de Estado, Collin Powell- por el otro, se dieron hasta con la cubeta expresando sus diferencias con relación a Iraq.

Pero la semana pasada, al regresar de sus vacaciones en su rancho en Texas, Bush no dejó duda de quién es el comandante en jefe de su nación e inmediatamente acalló las voces que señalaban una falta de coordinación en su equipo, al iniciar una ofensiva diplomática similar a la de su padre hace 12 años: utilizando el teléfono para personalmente cabildear a sus aliados, pedirle a los ricos, como la Unión Europea y Japón, que pongan dinero, y a los miembros del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, entre ellos México, su apoyo para ir tras la cabeza de Hussein.

Uno de los más influyentes columnistas de The Washington Post, Jim Hogland, escribió: "Bush ve como una responsabilidad ineludible el acabar con el peligro que representa Hussein".

Esta determinación de Bush de ir a la guerra contra Iraq implica que la esperanza de Fox y la diplomacia mexicana, una vez que pasen las elecciones de medio término habrá las condiciones en este país para orquestar una campaña generalizada...

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