Rafael Aviña / Domadora de malcriados

AutorRafael Aviña

En 1998, Kirk Jones llamó la atención con El Divino Ned, una esperpéntica fábula de humor negro, centrada en una pequeña comunidad irlandesa -conformada la mayoría por ancianos-, que se confabula para cobrar un jugoso premio de lotería, luego de que el dueño del billete muere de la emoción. Su segunda película, La Nana Mágica (Nanny McPhee, Gran Bretaña, 2005), es otra suerte de alegoría moral y cuento de hadas, inspirado en un popular libro de relatos infantiles -"Nurse Matilda", de Christianna Brand-, para lucimiento de la actriz británica Emma Thompson, autora a su vez de la adaptación fílmica.

Se trata de una suerte de puesta al día, aunque la ambientación remite al siglo 19 de Mary Poppins (1964), y también resuenan ecos de Roald Dahl, de Lemony Snicket: Una Serie de Eventos Desafortunados y de La Niñera, con Fran Drescher, en la historia de una institutriz poco agraciada (Thompson) que se presenta de manera casi sobrenatural en el hogar del viudo Cedric Brown (Colin Firth), un hombre agobiado por las deudas, cuyos siete hijos se han deshecho ya de 17 niñeras e intentan hacer lo mismo con su futura madrastra, sin saber que su adinerada tía Adelaida (Angela Lansbury) ha puesto un mes de plazo al padre para encontrar esposa y asegurar así la pensión que le ayudará a retener a sus hijos a su lado.

Lo primero que llama la atención es la casi total ausencia de efectos digitales, en un momento en el que los relatos para niños basan su propuesta en este elemento, en la historia de una niñera con verrugas, pelos en la cara y dientes torcidos, que se vale de un bastón mágico para controlar la furia y la frustración de los pequeños protagonistas y que con su llegada desatará cambios irreversibles en la familia.

A pesar de que...

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