Rafael Aviña / Se desatan las fuerzas oscuras

AutorRafael Aviña

Los chicos empiezan a crecer. Las hormonas y los temores que se disparan en los adolescentes que se encaminan hacia la juventud aparecen aquí simbolizados en sudorosos sueños -las pesadillas y/o visiones del protagonista-, en los arrebatos de furia de un Harry Potter al que se le acusa de conspirador y de fingir el encuentro con el innombrable Lord Voldemort (Ralph Fiennes) -ocurrido en la cuarta parte- y, a su vez, en la fresca presencia de atractivas jovencitas que despiertan a la pubertad, como Cho Chang (Katie Leung) y la prometedora rubia Luna Lovegood (Evanna Lynch), en un entretenido relato que consigue condensar con eficacia el más voluminoso de los libros de la serie escrita por J. K. Rowling, y en la que es la más breve de las cinco películas (138 minutos).

Luego de la euforia mediática desatada por Harry Potter y La Piedra Filosofal (2001), la saga de los jóvenes aprendices de brujos en Hogwarts amenazaba con volverse una fórmula pueril y repetitiva. Por fortuna, Alfonso Cuarón logró con Harry Potter y El Prisionero de Azkabán (2004), manipular las intenciones de sus predecesoras, al abordar los cambios emocionales de niños que se preparaban a la adolescencia.

En esta quinta parte de la serie, el realizador británico David Yates, con amplia experiencia en la televisión, y el estupendo guionista Michael Goldenberg (Contacto, Peter Pan), proponen una historia más oscura y violenta, un relato más frenético y dramático acerca de la represión y la rebeldía juveniles.

No en balde, una de las mejores escenas es aquella en la que los hermanos gemelos de Ron Weasley deciden sabotear el examen que aplica la inflexible y sádica Dolores Umbridge (Imelda Staunton), dedicada a entorpecer la obra del director de...

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