Entrevista / Rafael Alvero / Escenifican tragedia de Ana

AutorPablo Gámez

Con El diario de Ana Frank. Un canto a la vida, Madrid será escenario en febrero del primer musical en torno a la vida de uno de los mayores iconos del Holocausto.

Éste es el primer musical a nivel mundial que teje la historia de la niña judía-holandesa que entre julio de 1942 y agosto de 1944 vivió con sus padres escondida en una casa en Amsterdam, y desde cuya ventana veía y registraba los horrores de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación nazi.

El espectáculo refleja la visión optimista del diario y busca un equilibrio entre la parte dramática -la tragedia del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial- y los momentos de evasión de Ana mediante fantasías y confesiones a Kitty, nombre con el que la joven se refiere a su diario, que tomará cuerpo en el musical.

El productor musical español Rafael Alvero consiguió los derechos por parte de la Fundación Ana Frank, un gran logro si se recuerda que a principios de los 90 el director estadounidense Steven Spielberg tocó las puertas de la institución y los derechos le fueron negados.

A Alvero le costó cerca de 10 años convencer a la fundación para que les concediera los derechos del proyecto, que ahora tienen a nivel mundial.

¿Cómo es posible hacer un musical basado en una historia tan cruel como la de Ana Frank?

Realmente parece incompatible, pero no, nunca lo fue. Musical no quiere decir comedia. Hay muchas historias tristes, duras, dramáticas que han sido llevadas al teatro con música.

En este caso, hablamos de una niña que tiene un entorno tremendo y que difícilmente ha podido igualarse, por la situación que ella y su familia vivieron, como la de millones de personas víctimas del Holocausto. Pero ella era imaginativa, tenía unos ojos y una visión juvenil, tenía sus momentos críticos, de amor, y evidentemente esto busca destacar, desde ese lado, todo lo que implica y significa la intolerancia, la xenofobia y un capítulo de la historia que no debe repetirse.

Desde su punto de vista, ¿a la historia le hacía falta un musical?

No diría eso. Para mí y por mi procedencia de la música, lo que podía proponer era una historia que me conmovió, que me interesó que me pareció universal y una música. De ahí surge esto.

Cuando visito por primera vez la casa de Ana Frank, lo hago con mi hijo, que entonces tenía 13 años. Acababa de hacer un proyecto muy ambicioso, audaz, sobre Federico García Lorca, Poetas en Nueva York, en el cual había conseguido que muchos cantantes y compositores musicalizaran poemas de su...

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