Racismo, la amarga realidad en EU

Víctor Sancho, corresponsal

WASHINGTON, EU., junio 4 (EL UNIVERSAL).- En un momento del documental Blue eyed (Alemania, 1996), la profesora Jane Elliot, educadora sobre racismo y protagonista del filme, se dirige a una audiencia totalmente blanca y les plantea un ejercicio: "Quiero que se pongan de pie cada una de las personas blancas que estaría feliz de ser tratada de la manera en que la sociedad trata a los ciudadanos negros". Nadie se levanta. "¿No entendieron?", insiste. Nadie se mueve. "Eso dice claramente que saben qué está ocurriendo y que no lo quieren para ustedes", resuelve, "y me gustaría saber por qué están dispuestos a aceptar y permitir que les pase a otros".

"No hay país en la historia mundial en el que el racismo haya tenido un papel tan importante y durante tanto tiempo como en Estados Unidos", escribe Howard Zinn en su libro "La otra historia de los Estados Unidos".

Desde su creación, la diferenciación entre blancos y negros, y la opresión de estos últimos, fue parte crucial del país: desde la esclavitud hasta la defenestración de los negros como algo de menos valor que un blanco.

El racismo no se solucionó ni con la lucha por los derechos civiles de la década de 1960 ni con los ocho años de Barack Obama, el primer (y único) presidente afroamericano en los más de 400 años de historia. Los sesgos y estereotipos de los negros siguen latentes, las desigualdades imperantes y modificadoras de la realidad. La vida que viven y pueden esperar los afroamericanos es muchas veces radicalmente opuesta a la que aspiran los blancos.

Una encuesta del Pew Research reveló que 92% de los afroamericanos creen que ser blanco da "muchas ventajas" a las que ellos no pueden aspirar. "El racismo no empezó ayer? Tenemos un racismo sistémico que está erosionando nuestra nación, desde el sistema de salud hasta el sistema de justicia criminal", protestaba hace un tiempo el senador afroamericano demócrata Cory Booker.

Los sesgos implícitos en la sociedad tienen efecto en la educación, en el empleo, en el sistema judicial? en todo.

Los datos corroboran todo eso. Como también pasa con los latinos, las crisis afectan más que a nadie a las minorías. Todos los avances que pudieron conseguir con la expansión económica en la década de 1990 y a principios del milenio, se esfumaron con la Gran Recesión de 2008. Ahora, con la Gran Reclusión económica derivada de la pandemia del coronavirus, vuelven a sufrir las peores consecuencias y retroceder todo el camino...

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