La química del amor

AutorDaniela De La Mora

Si cada que ves a esa persona te sudan las manos, sientes que tu corazón se saldrá del pecho y te sientes feliz, ¡estás enamorado!

Cuando se es blanco de Cupido, se pasa por un proceso neuroquímico, neurofísico y psicológico.

Eduardo Calixto González, jefe del departamento de Neurobiología de la Dirección de Investigación en Neurociencia del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, explica que el enamoramiento inicia con un proceso químico en el cerebro.

"Se genera un incremento en el neurotransmisor llamado dopamina, la cual está involucrada con todas las cuestiones de felicidad".

Desde el punto de vista neuroquímico, el enamoramiento incrementa la necesidad de repetir la sensación de felicidad, como una adicción. Pero esta sensación provocada por la dopamina disminuye con el paso del tiempo.

"En el sentido neurofisiológico, el enamoramiento sólo puede durar de 3 a 4 años, después del liberamiento de dopamina, liberamos oxitocina, que genera que vayamos generando apegos y sentir felicidad cuando estamos con una persona", comenta.

"Liberamos la noradrenalina, que genera una euforia por estar con la persona que nos pone felices; dormimos mejor cuando estamos enamorados".

La liberación de sustancias neuroquímicas incrementa la sensación plena y a ese punto el enamoramiento aumenta la salud mental y la autoestima.

Pero también la serotonina se incrementa, lo que vuelve obsesivas a las personas.

"La persona que más amamos es la persona que nos hace ser más obsesivos y al mismo tiempo tenemos la necesidad de un reforzamiento inmediato para volver a sentir la experiencia o nos hace co-dependientes de estas emociones", menciona el especialista.

El enamoramiento causa un crecimiento neuronal a corto o a mediano plazo, lo que ayuda a poner más atención y a mejorar la memoria.

CAMBIOS FISIOLÓGICOS

Entre los cambios físicos y de comportamiento que experimentan las personas enamoradas están la capacidad de modificar la frecuencia cardiaca, mejorar la oxigenación de la sangre y el sistema inmunológico.

"El sistema inmunológico se ve reforzado cada vez que besamos, cada que sentimos a la persona cercana o intercambiamos fluidos", explica.

"Fortalece el sistema inmunológico de tal manera que la capacidad de defendernos se diversifica y podemos contender mejor ante una infección".

A nivel muscular, las articulaciones se benefician al tener mayor capacidad de movimiento.

"Tenemos mayor lubricación en la piel y en la mucosa, esto nos vuelve más...

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