Quieren ser ellas sólo voz

AutorErika P. Bucio

Viene Rosa del rock

Erika P. Bucio

Lo suyo primero fue el rock, a los 16 años era vocalista de Moebius, banda de progresivo. Como no alcanzaba los agudos, Rosa Muñoz se inscribió en una escuela de Tultitlán, Estado de México, donde enseñaban técnica de ópera.

Su primer maestro Arturo Nieto le aconsejó: "Tienes buena voz, deberías recapacitar". Y eso hizo. Se matriculó en el Conservatorio Nacional, dejó las desveladas y el cigarro.

"Todavía vibro cuando escucho el rock pero lo que me apasiona es la ópera".

Consideró estudiar Ciencia Política en el CIDE, pero se quedó en el Conservatorio. "Tengo desde niña la música en el oído". Cada tarde escuchaba ópera en casa con su padre.

Como casi todos, en el Estudio Ópera de Bellas Artes, ha tenido que "huesear" para costear su preparación. Ha llegado a desembolsar hasta 600 pesos por clase.

Fue compañera de Angélica Alejandre en el Coro de la Secretaría de Marina.

Rosa vivió un buen año en 2013: la llamaron a Solistas Ensamble del INBA; debutó como profesional en el rol de Suzuki en Madama Butterfly en el Teatro del Bicentenario de León y además ganó el Premio Ópera de Bellas Artes, en el concurso Morelli.

"Mis ojos ya se abrieron y quiero una carrera internacional", dice la cantante.

Rosa Muñoz Mezzosoprano. (DF, 1984)

Aún vibro con el rock pero me apasiona la ópera

Es Angélica tenacidad

Erika P. Bucio

Lleva tatuada en el brazo izquierdo la llave de San Benito contra las malas vibras. Su talismán es el rol de Julieta, con el aria del veneno de Romeo y Julieta audicionó para el Estudio Ópera de Bellas Artes.

"Quiero una carrera como solista".

Creció en el Teatro de Bellas Artes, donde su madre cantaba en el...

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