Querido Querétaro

AutorAlessandro Triacca

Fotos: Daniel Villa

ENVIADOS

AMEALCO, Querétaro.- En pleno auge del turismo rural, el estado de Querétaro alza la mano y propone una novedosa oferta turística que combina elementos culturales, arquitectónicos y gastronómicos para deleite de los viajeros más exigentes.

Pero los secretos queretanos no se entregan al primer postor; para disfrutar de esta riqueza hay que explorar nuevas rutas.

Nuestro recorrido se concentra en el sureste del estado; lo primero es dejar atrás la intrincada orografía de la sierra volcánica, para adentrarnos en las planicies que se antojan interminables desde la ventana del automóvil.

En las cercanías de los municipios de Amealco, San Juan del Río y Colón nos detenemos para visitar algunas de las haciendas que proliferaron durante la Colonia y que fueron importantes centros económicos gracias a su gran producción de trigo y ganado.

Tan sólo caminar por estas enormes fincas ya deja una sensación de estar pisando historia, pues sus majestuosos portones y muros de piedra se yerguen como testigos imperturbables de los altibajos políticos y sociales que han marcado la historia de México.

Hoy en día, al menos 26 de estas antiguas haciendas están siendo remozadas y acondicionadas como lujosos hoteles o centros turísticos.

Algunas organizan banquetes en grandes salones y jardines (Hacienda Galindo), otras ofrecen recorridos en cuatrimoto y bicicleta (Hacienda Misión La Muralla) o paseos a bordo de antiguos carruajes tirados por caballos de la la raza Clydesdale (Hacienda Los Tovares).

Aprovechamos el viento favorable para continuar la ruta a bordo de un globo aerostático y desde las alturas admirar los sembradíos de chile y jitomate que tienen como telón de fondo el Pueblo Mágico de Tequisquiapan.

Tras aterrizar seguimos descubriendo Tequisquiapan a pie, y nos internamos en sus calles estrechas y llenas de vida.

En la plaza central de este pueblo fundado en 1551 se aglomeran varias tiendas y restaurantes, donde se puede comer un pan de queso al amparo de los arcos de cantera, con vista al pintoresco Templo de Santa María de la Asunción.

En este pueblo literalmente se entrelazan los puntos cardinales: una placa señala a Tequisquiapan como centro geográfico de México, según un decreto de Venustiano Carranza de 1917.

Siguiendo al norte, la geografía nuevamente cambia, el terreno se vuelve más árido mientras majestuosas cactáceas salpican el panorama en ambos lados de la carretera.

Es momento de saciar el paladar en alguno...

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