'Queman' a Fundidora vicios, excesos y rezago (1)

AutorJosé Manuel López y César Sánchez

La sede del Fórum guarda tras sus estructuras la historia de una empresa cuya bonanza acumuló un peso que terminó por derribarla.

Fundidora Monterrey enfrentó como sus principales enemigos al rezago tecnológico, el peso laboral, el control de precios y la corrupción, además de factores externos que le dieron la puntilla para su quiebra el 9 de mayo de 1986.

Uno de los principales errores en la dirección de la compañía, señala el investigador Juan Zapata Novoa, fue la creencia de que algunas áreas quedaban excluidas de las leyes y de la lógica económica, por su carácter estratégico o prioritario.

Desde su inicio, a principios del Siglo 20, Fundidora Monterrey vivió episodios de franco crecimiento, en especial en las décadas de los 50 y los 60, pero luego su estrella se empezó a apagar en los 70, con paros laborales, y se agravó en 1977, cuando la tomó el Gobierno.

"Contrario a las tendencias industriales de esos tiempos, Fundidora incrementó exorbitantemente el número de categorías de trabajadores", afirma Zapata, al referir la influencia que ganó la Sección 67 del Sindicato Minero.

A la quiebra de la empresa, en 1986, cuando su planta laboral sumaba 7 mil trabajadores, existían 400 categorías diferentes, mientras las nuevas acereras en el mundo contabilizaban sólo 3 tipos de trabajadores.

"La defensa del salario implicaba que cada nueva necesidad la desarrollara una nueva plaza, aunque la diferencia en funciones y salarios fuera mínima con la ya existente", destaca Zapata.

La política sindical restringía la capacitación a un reducido grupo de departamentos de la empresa, pese a que disponían de escuelas y prestaciones, como becas con goce de sueldo.

La investigación de Zapata revela que el 45 por ciento de los trabajadores tenía primaria, 20 por ciento secundaria, 15 por ciento preparatoria y el resto... ni siquiera la educación elemental.

Un empresario que prefirió omitir su nombre y que al cierre de la compañía se dedicó a recuperar activos de ésta, destaca la corrupción que imperó en la recta final.

Cuenta, por ejemplo, que la empresa facturaba ventas de material de primera calidad como si fuera de segunda.

"Y en todos los proveedores que revisamos encontramos que había sobreprecio de productos o servicios", señala.

Por su parte, el historiador Mario Cerutti recuerda en uno de sus libros que, contrariamente a su...

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