Cine Qua Non / Amadeus, Amadeus una superestrella

AutorRicardo Pohlenz

A partir del éxito que tuvo Peter Shaffer en Londres y Nueva York (puede decirse que también en México, si se considera que por aquel entonces todavía se hacía teatro por acá) con su Amadeus, drama biográfico sobre la rivalidad entre Salieri, músico cortesano con limitaciones, y Mozart, niño genio arribista, se le encomendó al dramaturgo hacer un guión que la adaptara para cine.

Shaffer, anfibio a fin de cuentas (ya había hecho antes lo mismo con su Equus en 1977, para Stanley Lumet) transcribió algo que se parecía muy poco a lo que era su idea de la puesta en escena (mando a volar todas las alusiones hechas sobre la masonería, el personaje de la esposa de Salieri, la musicología y el recurso de usar correveidiles para comentar la acción).

En manos del checo Milos Forman, que tenía en su haber películas multipremiadas con locos y hippies, este juego de celos e intrigas se convirtió en un espectáculo monumental, el empeño de un solo hombre frente a la intolerancia de su tiempo. Fue tal el impacto que puso a Mozart de moda durante una rato. Nunca como entonces se vendió tanto su obra.

Gracias a lo mismo, se empezó a editar la música de Salieri, que -según se comentaba- no era tan mala, pero nada tenía que ver con lo que hacía Mozart.

A pesar del desdén y disgusto de enterados y conocedores, que vieron en el Mozart interpretado por Tom Hulce (que tenía como antecedente su papel en Animal House, de John Landis) una desacralización del músico, vino a descubrirse en Mozart una suerte de estrella de rock del siglo 18, insolente e infantil, irredento y procaz, dado tan fácil a la música como a lo vulgar, incapaz de transigir al...

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