Purificación Carpinteyro / Pan y circo

AutorPurificación Carpinteyro

¿Qué no se dan cuenta? ¿No pueden entender que el embate de las televisoras en contra de las decisiones del Instituto Federal Electoral es una agresión directa en contra de nuestra incipiente democracia? ¿Será que no tienen memoria o que prefieren olvidar el ataque sistemático de los poderosos grupos mediáticos en contra del IFE, o mejor dicho: en contra de las reformas electorales aprobadas por el Congreso, que cortaron de tajo la posibilidad de las televisoras de lucrar vergonzosamente con las campañas electorales como lo habían venido haciendo?

¿Acaso han caído en la trampa de la "verdad" según las televisoras, que tienen como objetivo desacreditar al único órgano del Estado capaz de meterlas en orden? El IFE, obligado a vigilar que los medios no reciban "gratificaciones" por coberturas especiales a determinados candidatos, y facultado para distribuir los espacios publicitarios para la transmisión de spots de campañas, es el enemigo a vencer por las televisoras. Para ellas es imprescindible desautorizarlo.

Lo han intentado a través de incontables recursos legales en contra de sus decisiones. Han pretendido revertir las reformas electorales, y para ello se han servido -o les han sido favorables- de las opiniones vertidas por muchos que han clamado en contra de dichas reformas como atentado a la libertad de expresión.

Han buscado librarse de sus obligaciones atreviéndose a hacer reformas a las reformas, como el dictamen que hace poco más de 15 días fue aprobado en apenas 10 minutos por el pleno de la Cámara de Diputados; iniciativa que seguramente habría sido enviada y aprobada por el Senado si no hubiese sido por la indignación generalizada que consiguió lo imposible: frenar la reforma. Así, en un insospechado revés para las televisoras, el mismo pleno de la Cámara baja ordenó no enviar la iniciativa al Senado por encontrar vicios de procedimientos y "dudas de constitucionalidad".

Y la más reciente afrenta, que no será la última: por un lado, la decisión del dueño de TV Azteca de no transmitir el debate de los candidatos a la Presidencia de la República, sino un partido de cuartos de final de la liguilla, entre los Tigres y el Morelia, equipo del que también es propietario; y por el otro, la decisión de Televisa de hacerlo en el Canal 5, de mucho menor alcance nacional.

Es pertinente aclarar que la fecha y la hora del debate fueron acordados por los representantes de los candidatos presidenciales y que, antes de que se definieran los...

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