La pura seducción

AutorOliver Zazueta

Cuando la sensualidad se viste de rojo, cuando tiene que ver con una gran presencia escénica, un estilo digno y elegante de moverse, cuando no le importa poner en peligro el escenario y subir a cuantas chicas pueda, sólo puede tener un nombre: Adanowsky.

La madrugada de ayer en el Old Jack's Studio, dentro del marco de la FIM, el artista franco-chileno demostró que está hecho para lucir en los tablados, para terminar empapado en sudor y para conectarse con un público que celebró cada movimiento de cadera, cada acto de congelamiento, cada versión intensa de este hombre histriónico, que ha pasado de ser un ídolo a un amador.

"Estoy muy feliz de venir acá por fin, siempre les decía a los que trabajan conmigo: 'quiero tocar en Guadalajara y por fin se me hizo', me decían que era un público muy frío, pero yo lo veo muy prendido", dijo en el previo del concierto. Pero la realidad superó sus expectativas.

"J'aime tes Genoux" fue el arranque de su show, cerca de las 00:00 horas. La explosión corrió entre los cerca de mil espectadores que estaban en el lugar, pero las tráqueas de los presentes se estiraron más con "Me Siento Sólo", pieza que fue sumamente cuidada y que concluyó en una divagación musical de corte exquisito.

La celebración tenía que ser eufórica, era la última vez que Adanowsky tocaba su último disco. Ya prepara una nueva identidad en su casa en París, la tercera en su corta carrera musical, pero...

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