Puntos y Contrapuntos / La resta mayor

AutorPedro Mellado

La destitución del panista Miguel Ángel Monraz Ibarra, de la presidencia del Congreso de Jalisco, para poner en su lugar al coordinador de los legisladores de Movimiento Ciudadano, Ismael del Toro Castro, es un signo claro de ruptura, que tendrá consecuencias en Jalisco y en el País, pues generará una fractura que será muy difícil subsanar.

Las razones para que se diera ese distanciamiento salen sobrando, aunque se argumente un desacato de Monraz Ibarra a los acuerdos de la asamblea y de la Junta de Coordinación Política de la legislatura local.

Lo real es que la incipiente alianza que se construía, entre PAN, PRD y MC, está a un paso de naufragar, cuando podría haber resultado muy fructífera para los tres actores políticos, tanto en el País como en Jalisco.

Habrá quienes menosprecien esa alianza electoral, pero no habría que perder de vista que en la soberbia se incuban muchos de los peores quebrantos del alma y de las más insanas fragilidades de la vida.

En Jalisco, la primera reacción de los panistas fue señalar que la ruptura está lubricada por la necesidad de MC de llegar a acuerdos inconfesables con el PRI, en la definición del andamiaje jurídico del nuevo Sistema Estatal Anticorrupción y en los nombramientos, repartidos convenientemente sólo entre dos, del Fiscal General, el Fiscal...

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