Puntos... y Contrapuntos... / Ni sus luces

AutorPedro Mellado

Como buen samaritano y hombre de costumbres piadosas, Emilio González Márquez suele lavarse las manos para no meterse en problemas.

Probablemente piense que debe mantener un bajo perfil para evitar los golpes de sus enemigos políticos, pero ese inmovilismo, esa tibieza en el cumplimiento de sus responsabilidades es justamente lo que puede conducirlo al despeñadero y dar al traste con sus aspiraciones de ser candidato a la Gubernatura en el 2006.

Emilio logra muy bien su propósito de pasar desapercibido, pues en Guadalajara no se le ve, no se le siente y no se percibe que haya un Alcalde que gobierne, mande y tome decisiones en los ámbitos que son de su responsabilidad. Pero sobre todo rehúye comprometerse políticamente.

Emblemática de su personalidad y para la posteridad quedó la frase que pronunció el pasado lunes 5 de enero, en su primera conferencia de prensa como Alcalde de Guadalajara, cuando renunció a responsabilizarse de investigar y denunciar las presuntas irregularidades en el Gobierno de su antecesor panista, Fernando Garza Martínez: "No soy arqueólogo para remover piedras del pasado".

El pasado viernes 27 de febrero Emilio fue entrevistado en la Ciudad de México, donde asumió la presidencia de la Asociación Nacional de Alcaldes panistas y declaró que de no regresar los 302 mil pesos que recibieron como bono de fin de trienio, los ex regidores tapatíos Adrián Garza Rodríguez, Hugo Martín Torres Ramírez, Carlos Alberto Lara González y Armando Prieto Luna serían removidos de sus cargos.

"El que quiera seguir en este Gobierno tiene que regresar ese dinero", advirtió el Alcalde González Márquez.

Unos días después renunciaron a sus cargos Garza Rodríguez, quien era tesorero de la Comuna; también se separaron voluntariamente Torres Ramírez, director de Supervisión a Inspección y Vigilancia, y Lara González, quien era director de Ecología. Ninguno de ellos devolvió el bono y prefirieron perder la chamba.

Inclusive Emilio se las puso fácil al proponer que sus colaboradores pudieran hasta firmar un pagaré para que se les descontara por nómina el total del bono recibido.

La posición asumida por el Alcalde significó un cambio de criterio en menos de una semana, pues apenas el anterior sábado, 21 de febrero, había aclarado que pese a su predicada apuesta por la transparencia, su Gobierno no investigaría el asunto de los bonos, aunque dijo que estaban abiertas las puertas de la Tesorería de Guadalajara a todo aquel que deseara escudriñar en...

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