Puntos y Contrapuntos / Lobos sueltos

AutorPedro Mellado

A nadie benefician el desorden y la anarquía, mucho menos cuando se violan regulaciones de un servicio tan importante como el de taxis que operan en la Zona Metropolitana de Guadalajara.

Por desgracia, ante la llegada de funcionarios improvisados a las dependencias de Gobierno cada seis años, o cada vez que se le antoja al Gobernador, lo más común es que la presunta autoridad desatienda sus obligaciones y deje que los conductores ofrezcan el servicio de la manera que mejor les convenga.

Y esa mejor manera suele ser, desde la muy particular visión de una amplia mayoría de taxistas, el abuso en perjuicio de los usuarios, pues se abre un amplio espacio para la discrecionalidad y el abuso.

Si al secretario de Vialidad, Mauricio Gudiño Coronado, le pasan de noche muchos de los abusos que cometen los choferes de los camiones urbanos, no habría razón alguna para que fuera diferente en el servicio de taxis.

Desafortunadamente, aunque el señor Gudiño Coronado no cumpla las obligaciones esenciales que le corresponden, seguirá en su cargo, inamovible, mientras goce de la benevolencia de su buen amigo el Gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.

Igual que con los camioneros urbanos, urge que la autoridad asuma una actitud firme y emprenda una enérgica campaña para obligar a los taxistas a usar el taxímetro, a respetar la tarifa vigente, y revisar técnicamente que los medidores de tiempo y distancia no hayan sido...

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