Pulso Económico/ La Reforma Eléctrica

AutorJonathan Heath

El PRD presentó la semana pasada una iniciativa de reforma al marco jurídico de la industria eléctrica, por conducto de Rosario Tapia, Martí Batres y Jesús Ortega. El objetivo central de su propuesta es cerrar el paso al proceso de privatización y apertura a capitales extranjeros. Según dejaron ver, están discutiendo la posibilidad de llegar a un acuerdo con el PRI para detener la iniciativa del PAN y del PVEM. Si se logra algún arreglo entre los dos partidos, no cabe duda que la versión definitiva de la Reforma Eléctrica será la de ellos, ya que cuentan con los votos necesarios.

El PRD ha señalado que no comparte la visión del Gobierno, de que la única salida para el fortalecimiento y desarrollo de la industria eléctrica sea su privatización. Ve esta opción como dogmática y fundamentalista, que ha sido evidenciada como ineficaz en las experiencias de muchos países.

Efectivamente, un examen de las industrias eléctricas en otras partes del mundo apunta a que no es necesaria la privatización para garantizar el éxito. Sin embargo, tampoco lo es que la industria quede en manos del Estado. Existen muchos ejemplos de industrias privadas y públicas que funcionan muy bien, y otros en que ambas no son tan eficientes. Por lo mismo, insistir en la privatización como única solución sí es una visión dogmática; pero plantear como objetivo central impedir la privatización es igualmente una visión cerrada. Si se trata de evitar posiciones dogmáticas, se debe eliminar la privatización como eje central de discusión, ya sea a favor o en contra.

La discusión involucra muchos mitos y confusiones acerca de la causa y efecto de las variables incluidas. Por ejemplo, mientras un lado argumenta que la realidad señala que si las empresas privadas distribuyen la energía el precio aumentaría, el otro sostiene que la privatización garantizaría tarifas más baratas. Sin embargo, el precio del servicio no está determinado por el simple hecho de quién sea el dueño, sino depende de varios factores independientes a los sectores público o privado.

Los mercados eléctricos resultan más difíciles de regular y reestructurar que muchos otros que han servido como modelo de desregulación, incluyendo aerolíneas, transportes, autopistas, gas y Banca. La demanda es muy difícil de predecir y es casi completamente insensible a las fluctuaciones de precio. La oferta enfrenta restricciones inamovibles en horas pico, mientras que el almacenaje es exageradamente costoso. Esto significa que si...

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