PULSO ECONÓMICO / Valor agregado

AutorJonathan Heath

Las cuentas nacionales de cualquier país se construyen a partir del concepto de valor agregado. Se calcula el valor que se agrega en cada etapa de la cadena de producción, hasta llegar al producto final que se vende al consumidor. Si no fuera así, habría doble (o más) contabilidad. En sí, el PIB es la suma de los valores de mercado de todos los servicios y bienes finales producidos por los recursos (capital y trabajo) de la economía por los agentes económicos (hogares y empresas) que residen en el país. En esta definición, las palabras claves son "finales" y "producidos". Al referirse a bienes finales, significa los que se producen para consumo final, y no insumos para el uso de otro bien final. Por ejemplo, al contar el valor final de un automóvil, no se agregan los costos del motor, asientos y demás partes, sino sólo el valor de mercado del producto final que ya incluye todo.

Existen varias formas de realizar este cálculo. El que utiliza el Inegi en México es estimar por separado el valor bruto de la producción y el consumo intermedio, para después restar uno al otro. Muchos países suman los ingresos de todas las personas (salarios e intereses) y empresas (utilidades), mientras que otros calculan y después suman la totalidad del consumo de los hogares, la inversión fija bruta, el gasto público y las exportaciones netas. En sí, los tres métodos son equivalentes y, en teoría, deberían producir el mismo resultado.

La otra palabra clave (producidos) significa que se debe contabilizar todos los bienes finales producidos, independientemente de si se vendieron o no. En otras palabras, también se consideran los cambios en inventarios. Si se produce un bien, independientemente de si se vende a un consumidor final o se mantiene como inventario (hasta su venta posterior), se suma al PIB. Por lo mismo, las reventas no se incluyen en las cuentas de producción, ya que el comportamiento de una reventa no es indicativo del ritmo actual de producción. Se vende algo que ya fue considerado parte del PIB, por lo que no se puede volver a sumar.

El concepto tiene muchas implicaciones. Por ejemplo, existe cierta congruencia entre el empleo y lo que se contabiliza en el PIB. Aunque una persona trabaja sólo una hora en una semana, se debe considerar como empleado (a diferencia de desempleado), ya que en esa hora hubo una contribución al valor agregado (por más marginal que fuera) del país. No se debe confundir empleo en general con el subempleo, que busca medir...

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