Pulso Económico / Tasas de interés

AutorJonathan Heath

Ahora que las tasas de interés pasivas (las que reciben los ahorradores) han disminuido sustancialmente, existe mucha inquietud entre el público por el nivel relativamente elevado de las tasas activas (las que pagan por créditos). ¿Por qué pagamos mucho más en las tarjetas de crédito? ¿Por qué existe un diferencial tan amplio entre las tasas activas y pasivas?

La inflación promedio fue 69.1 por ciento en la década de los 80, época en la que experimentamos tasas mayores a 100 por ciento en tres años. Posteriormente, en los 90, la inflación empezó a disminuir y tuvo un promedio de 20.4 por ciento. Finalmente, en lo que va de la década actual, el promedio está alrededor de 5.4 por ciento y se espera que se ubique por debajo del 4 por ciento en los siguientes años.

Esta mejoría ha permitido que disminuya sustancialmente la percepción de riesgo, y como consecuencia hemos visto un descenso sustancial en las tasas de interés.

Por ejemplo, el rendimiento del Cete a 91 días promedió 56.6 por ciento en la década de los 80, nivel por debajo de la inflación. Esto significa que no compensaba la pérdida en el poder adquisitivo de sus tenedores. En esa época, llegó a su nivel más elevado, de 157.6 por ciento, en enero de 1988. En los 90, disminuyó a 25.0 por ciento y, finalmente, en lo que llevamos de esta década su promedio se ubica en 9.5 por ciento.

En agosto del 2003 registró su nivel más bajo, de 5.11 por ciento, y en octubre de este año promedió 7.2 por ciento. Sin lugar a dudas, esta baja tan pronunciada es resultado de la disminución de la inflación, la mejoría en las condiciones macroeconómicas del País y la profundización del mercado financiero.

En 1998, cuando el Cete a 91 días pagaba 26.7 por ciento, la tasa promedio de las tarjetas de crédito estaba en 56.2 por ciento (según datos de la Condusef), un diferencial de 29.5 por ciento. La tasa máxima era 64.0 por ciento (Bancomer) y la mínima era 47.4 por ciento (Bital).

Según la Condusef, en lo que va del 2006 el promedio es 36.3 por ciento. Esto representa un diferencial con el Cete (que esta en 7.3 por ciento) de 29.0 por ciento, prácticamente igual al diferencial que existía en 1998. Ahora, la tasa máxima está en 42.3 por ciento (Bancomer) y la mínima en 26.5 por ciento (Scotia). Esto significa que el diferencial ha disminuido al igual que la tasa de Cetes, ni más ni menos.

El problema radica en que uno pensaría que el diferencial debería disminuir en términos relativos, es decir, en la...

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