PULSO ECONÓMICO / La confianza de los hogares

AutorJonathan Heath

Desde hace dos décadas, el motor principal de crecimiento de la economía mexicana han sido las exportaciones no petroleras.

Cuando crecen a una tasa relativamente elevada, jalan al resto de la economía, en especial al consumo interno del País. Al final de cuentas, no son el componente que más contribuye al PIB, ya que contienen un porcentaje elevado de insumos importados, de tal forma que las exportaciones netas representan una proporción del PIB bastante pequeña.

Pero su crecimiento desata cierto dinamismo en el resto de la economía que hace que los demás componentes crezcan más.

Sin embargo, en los últimos años parece ser que esta relación se ha debilitado. En el 2014 vimos un muy buen año en términos de las exportaciones no petroleras. El sector automotriz, que representa ya casi una tercera parte de las totales, tuvo un año excepcional.

No obstante, el consumo familiar pareció estancarse, sin contagiarse del dinamismo externo como en otros años. La razón es que el ingreso personal disponible de los hogares ha sufrido un deterioro importante en los últimos años a consecuencia de la creación de empleos menos remunerados, de alzas constantes en los precios de los alimentos (que pega mucho en el presupuesto familiar), de incrementos en impuestos y de reducciones en las deducciones fiscales.

Al mismo tiempo, hemos perdido la válvula de escape en el mercado laboral que representaba la inmigración neta hacia Estados Unidos. Después de más de una década de un flujo neto de casi medio millón de mexicanos al año, en los últimos 5 años se ha reducido a alrededor de 25 mil, es decir, como el 5 por ciento de lo que fue.

Esto ha repercutido en una tasa de desempleo urbano mucho mayor que antes y niveles de subempleo y de informalidad laboral elevados.

Las exportaciones crecen bien, la industria de la construcción (salvo el componente público) se recupera, la inversión privada empieza a despegar y las famosas reformas ya se aprobaron.

¿Qué falta para que la economía pueda crecer a tasas mucho más elevadas? Lo que necesitamos son medidas que fortalezcan el ingreso familiar y que inspiren más confianza de los hogares.

Dado que el Inegi no produce indicadores de ingreso disponible, de lo poco que nos queda es monitorear el Indicador de Confianza del Consumidor que se construye a partir de la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO).

La ENCO empezó a levantarse en abril del 2001, por lo que ya lleva 13 años con nueve meses de existencia. En...

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