PULSO ECONÓMICO / El comercio exterior

AutorJonathan Heath

La semana pasada, el Inegi dio a conocer el balance comercial de diciembre y, por tanto, de todo el año pasado. Resulta que el saldo de 2015 fue un déficit de 14.5 mil millones de dólares, el balance más negativo que se ha registrado desde 2008. El déficit, que es aproximadamente 1.3 por ciento del PIB, es apenas la segunda vez en los últimos 10 años que ha superado el uno por ciento del total de bienes y servicios finales producidos en el país en un año.

El déficit de 2015 fue 11.6 mil millones de dólares más deficitario que el año anterior. Resulta muy poco común ver un cambio tan radical de un año a otro en el saldo comercial, ya que salvo 2009 (año de la gran recesión y desplome en el comercio exterior mundial) los cambios promedio son menores a los 2 mil millones de dólares. La explicación principal radica en el desplome de las exportaciones petroleras, que disminuyeron 45.0 por ciento respecto a 2014, provocando un déficit en el balance petrolero por primera vez en cuatro décadas. El balance petrolero pasó de un superávit de 1.1 mil millones de dólares en 2014 a un déficit de 9.9 mil millones en 2015, una diferencia de 11 mil millones. Pero si tomamos 2013 como referencia, cuando hubo un superávit de 8.6 mil millones de dólares, tenemos una disminución acumulada de 18.5 mil millones en tan sólo dos años. Aunque hemos tenido años en que la baja del precio de exportación de petróleo ha sido igual o hasta más acentuada, en esta ocasión se juntó con una disminución significativa en la producción. El resultado final es que el valor de las exportaciones petroleras representa una disminución de 58.5 por ciento respecto al que teníamos en 2011.

Dado que México importa mucha gasolina y algunos otros productos petroleros, cuyos movimientos en precios están correlacionados con el del petróleo, la balanza petrolera tiene un elemento amortiguador implícito. Por ejemplo, las exportaciones petroleras disminuyeron 45.0 por ciento, mientras que las importaciones cayeron 19.8 por ciento; la caída en el precio de exportación de petróleo fue acompañada con un precio menor en el precio de la importación de gasolina. No obstante, en esta ocasión la menor producción de petróleo no fue acompañada por una disminución similar en el consumo de gasolina, lo que provocó que por fin México terminara con un saldo petrolero deficitario.

En el pasado, el saldo petrolero superavitario ayudaba a compensar el déficit comercial de los bienes y servicios no petroleros...

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