PULSO ECONÓMICO / El Tratado de Libre Comercio

AutorJonathan Heath

Hace un mes hubo una gran manifestación en la Ciudad de México para demandar la renegociación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá (TLCAN). Hace un par de días, los aspirantes demócratas a la Presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton y Barack Obama, prometieron buscar la renegociación del mismo si es que llegaran a la Presidencia. Si ambos países quieren renegociar, ¿por qué no hacerlo?

En México se alega que el tratado fue dañino para México, en especial para el sector agrícola. En Estados Unidos se argumenta que provocó una gran pérdida de empleos. Sin embargo, en ambos casos son más bien argumentos políticos de grupos pequeños y sin mayor sustento económico. La mayoría de los puntos que ponen a debate son parciales, aislados y sumamente sesgados. Si hacemos un balance honesto del TLCAN a sus 15 años, no hay duda que los puntos a favor son muchos más y de mayor peso, que los puntos en contra.

Por ejemplo, The New York Times estima que se han perdido 250 mil empleos en manufacturas en el Estado de Ohio en los últimos 15 años. Puede ser cierto, pero habría que contextualizarlo. Primero, no hace mención a los empleos que se han creado. De entrada, la tasa promedio de desempleo de la economía norteamericana bajó de 7.0 por ciento a 5.0 por ciento desde la entrada en vigor del TLCAN. Una reducción de dos puntos porcentuales en el desempleo no se puede lograr si los empleos creados no fueran significativamente mayores a los perdidos. Segundo, habría que tomar en cuenta que muchos de los empleos perdidos fueron a causa de la revolución industrial actual y de la globalización que ha surgido a raíz de los avances tecnológicos. Por lo mismo, es muy probable que la gran mayoría de los empleos se hubieran perdido, independientemente del TLCAN.

El problema es político. Pensemos que por cada empleo perdido se hubieran creado diez nuevos. El que perdió su empleo protesta, hace ruido y causa problemas a los políticos. En cambio, los diez que tienen ahora empleo no protestan ni hacen ruido. Por lo mismo, el político busca evitar la destrucción de empleo, aun si significa crear menos empleos nuevos. En cambio, en términos económicos, se crearon nueve empleos netos, una ganancia enorme.

Lo mismo sucede en México. El argumento principal en contra del tratado es que ha perjudicado al sector agrícola. Puede ser que algunos productos específicos se han visto afectados, pero de nuevo habría que contextualizar. Primero, habría que...

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