Pulso Económico/ El crecimiento económico (II)

AutorJonathan Heath

A diferencia del siglo 19, sí hubo crecimiento económico significativo en el país en el siglo 20. Sin embargo, también estuvo sujeto a los altibajos que nos ha caracterizado.

En el artículo anterior comentábamos que pese al caos de la Revolución, sí hubo vida económica en esos años. Aunque hubo una afectación importante, la mayor parte de la planta manufacturera emergió intacta de la lucha. La razón es que una de las necesidades más apremiantes de cualquier ejército es procurar una fuente de financiamiento. El mantenimiento y la movilización de decenas de miles de soldados para combatir en batallas prolongadas es una operación costosa. Por lo mismo, los ejércitos revolucionarios no destruían las fábricas que ocupaban, sino más bien las administraban en su propio beneficio; eran vistas como activos estratégicos para generar ingresos en la lucha armada.

Por ejemplo, se cuenta que cuando el General Pablo González tomó el control de Monterrey en abril de 1914, su ejército ocupó y administró la Cervecería Cuauhtémoc. No solamente continuó empleando a todos los trabajadores, sino que buscó aumentar las ventas para así generar más recursos. Sin embargo, no procuró reinvertir parte de las ganancias para mantener los inventarios de materias primas y garantizar su funcionamiento, sino que la operó hasta agotar los insumos. En ese momento, habiendo extraído todo lo que pudo de la operación, regresó la fábrica aparentemente incólume a sus dueños, de tal manera que siguió la producción después de reponer el capital de trabajo.

La destrucción de capital físico durante la Revolución se centró en los transportes y en el sector agropecuario. Pero en sí, fue más bien limitada y los transportes lograron recuperarse con rapidez. Posiblemente el sector más afectado fue el financiero y el acceso al capital internacional, ya que se interrumpió por completo al declararse la suspensión de pago de la deuda externa en 1913, incluyendo un repudio a las contrataciones externas realizadas por Victoriano Huerta. De todos modos, estimaciones de la época de Venustiano Carranza revelan que el crecimiento promedio entre 1914 y 1919 fue de 0.5 por ciento anual.

En la década de los 20 la economía retomó su camino y se desarrollaron importantes acontecimientos institucionales como la creación del Banco de México. Alvaro Obregón registró un crecimiento promedio de 1.95 por ciento entre 1921 y 1924, mientras que Plutarco Elías Calles logró un promedio de 2.53 por ciento entre...

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