Pueblos inmersos en el tiempo

AutorLeslie Aguirre

Enviada

SAN IGNACIO, Sinaloa.- Las tradiciones del siglo 19 sobresalen en un recorrido por los pueblos de San Ignacio, San Javier y Cabazan, en Sinaloa, y gracias al antiguo arraigo de sus costumbres, cada una de las casas, quioscos, restaurancitos e iglesias tiene un colorido especial; admirar su estado de conservación se ha convertido en toda una atracción.

La Ruta de las Misiones, como se le conoce a este trayecto, es una propuesta de turismo rural que el estado de Sinaloa ofrece a quienes buscan acercarse a la historia y a sus más remotas tradiciones.

El comienzo

El itinerario empieza en San Ignacio, cabecera municipal y el más grande de los tres pueblitos, localizado a 33 kilómetros al sureste de Mazatlán.

La iglesia de San Ignacio de Loyola fue construida en el siglo 16 y, como la mayoría de las construcciones religiosas de esta zona del País, fue fundada por jesuitas.

En San Ignacio viven 330 personas cuya principal actividad económica es la alfarería, la pesca y la agricultura. En la actualidad también buscan ingresar al turismo de una forma hogareña: al llegar a los pueblos, hay casas con habitaciones acondicionadas para huéspedes, ahí se puede desayunar o comer, y el trato que los oriundos de San Ignacio ofrecen es cálido y personalizado.

Las últimas semanas de octubre hay una costumbre prehispánica que aún se lleva a cabo, y que se conoce como "la traspanada": se trata de quitar la maleza del pueblo -e incluso la basura-; al mismo tiempo se acompañan de música y "burrobares", quienes son los encargados de llevar cerveza por toda la localidad.

San Javier

A unos 20 kilómetros al oeste de San Ignacio se encuentra San Javier, un lugar muy pequeño en el que caminar es el mejor de los ejercicios. Al igual que en San Ignacio, la iglesia es parte fundamental de la historia de los pueblos que rodean la zona, pues forman parte de las ocho misiones jesuitas que se fundaron desde 1531.

El mirador ofrece una vista panorámica del poblado entero, que no tiene más de 300 habitantes, y desde ahí se ve el río Piaxtla, la iglesia de la Santísima Trinidad y las casas de tejas rojas que fabrican los alfareros del lugar.

Cabazan

Los nombres de los pueblos empiezan con "San", pero, al ser éste el último del itinerario, simplemente se llama Cabazan; se trata de la anécdota con la que los habitantes de este lugar reciben a sus visitantes.

A 35 kilómetros al oeste de San Ignacio, esta villa se distingue por la pequeñez de sus calles, sus viejas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR