Colaborador Invitado / El interés público, el IFE y los riesgos

AutorColaborador Invitado

Alfredo Figueroa Fernández

La nueva embestida de Televisa y TV Azteca en contra de la construcción del sistema democrático y de mayor equidad en la contienda es absolutamente inaceptable. El despliegue ofensivo de presiones bajo el cobijo de las redes de complicidad y extorsión política que han edificado en el sistema de partidos y en las instituciones públicas, constituye una de las más grandes amenazas al sostenimiento democrático de nuestro país.

Es claro que su voz se extiende no sólo a la televisión mexicana, sino a buena parte de la radio e incluso a algunos diarios de circulación nacional, a través de columnistas que reproducen sin más, párrafos enteros construidos o dichos en otra parte. Todos quienes estamos en la vida pública vinculada a esferas de su interés, sabemos en qué basan sus procesos de influencia y control: creando climas políticos favorables y desfavorables, en los que con mayor y menor talento, se puede hacer uso, incluso, de la mentira muchas veces repetida.

No debe pasar inadvertido el signo cíclico del poder de las televisoras, por estas mismas fechas hace seis años lograron que el Poder Legislativo aprobara una ley (telecomunicaciones, radio y televisión) que ofrecía nuevas garantías a sus privilegios, al grado que se le recuerda como la Ley Televisa. Resulta indispensable recordar también el esfuerzo de senadores de la República (militantes de distintos partidos políticos) y de organizaciones sociales, al interponer el recurso ante la Corte que permitió frenar aquella ley por su condición inconstitucional. A pesar de ello, hasta el día de hoy, se ha impedido un proceso democratizador en el sistema de radio y televisión en nuestro país.

La reciente embestida pública de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT) dirigida por Azteca y Televisa en contra del IFE y del Reglamento de Radio y Televisión, es la expresión más clara de su decisión indeclinable por pretender constituirse nuevamente en los árbitros de la contienda. Es un intento por sustituir a las instituciones de la República y quizá lo más grave, la intención de inducir condiciones que permitan favorecer y desfavorecer a los contendientes en la elección presidencial de 2012, con arreglo a privilegios económicos y políticos, contrarios al interés público.

El objeto de la campaña reciente es minar los instrumentos que ayuden al IFE a ofrecer condiciones de competencia política que permitan una elección más equitativa, pero sobre...

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