Prueban seguridad

AutorCarlos Cavazos

En un accidente de auto, los niños son más susceptibles a sufrir lesiones serias y usualmente se recomienda que a los menores viajen en las plazas traseras por ser más seguras, pero ¿qué tan cierta es esta creencia?

Ante la falta de normas oficiales de seguridad en plazas traseras, Renault investiga por propia iniciativa el comportamiento de sus sistemas de retención, realizando pruebas de impacto tanto digitales como físicas. Por medio de estas pruebas se busca comprobar el funcionamiento de sus sistemas de seguridad ante un choque más apegado a condiciones reales que el simple impacto contra un bloque de concreto estático.

Por ello, en esta ocasión Renault decide probar el impacto entre dos vehículos en movimiento con una diferencia notable de dimensiones y peso entre sí: Clio III y Scénic

UN CHOQUE PLANEADO

Para comprobar la eficacia de sus sistemas de seguridad pasiva, Renault convocó a periodistas de todo el mundo a su centro técnico en Lardy, a 30 kilómetros de París. En estas instalaciones la armadora realiza anualmente 400 pruebas de impacto físicas y más de 4 mil digitales.

A diferencia de la típica prueba de impacto contra un objeto sólido, aquí se realiza un choque entre dos vehículos en movimiento. Esto con el fin de buscar un choque más apegado a condiciones reales. En un accidente pueden existir situaciones agravantes de la severidad del impacto, como un desfase entre los frentes de los vehículos, que resulta mucho más destructivo que un impacto de lleno. En esta prueba solamente un 50 por ciento del frente de cada auto impacta contra el otro.

Además del funcionamiento entre las estructuras colapsables de los vehículos, se busca comprobar la efectividad de los limitadores pirotécnicos de los cinturones de seguridad. Estos pretensores logran reducir el impacto del cinturón en el tórax, para prevenir lesiones, y se disparan con elementos explosivos.

Los vehículos viajan jalados por cables sobre rieles de acero, a una velocidad de 50 kilómetros por hora en sentidos opuestos. El impacto resultante es de 100 km/h. Los cables son jalados por dos motores de 600 kilowatts cada uno. Estos motores, capaces de llevar objetos de dos toneladas a una velocidad máxima de 130 kilómetros por hora, están localizados en puntos opuestos a 50 metros del centro de prueba, y aceleran gradualmente a los vehículos hacia el punto de impacto. Este sistema de impulso tiene una precisión en la velocidad a aplicar a los vehículos de 0.2 km/h.

Con un costo...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR