Proyecto orígenes

AutorMauricio Molina

Cuando las sondas enviadas a las Edades más Tempranas de la Tierra retornaron sin indicio alguno del origen de la vida, la angustia, la incertidumbre y el desasosiego se apoderaron de la humanidad futura como una infección inexorable.

Siguiendo el patrón de los vestigios de vida más antiguos, un sinnúmero de bacterias arcaicas fueron creadas en pulcros laboratorios espaciales. Se repitió el ciclo vital de los fósiles y en los laboratorios de ingeniería genética se gestaron mujeres primitivas, dotadas de matriz, senos y de los órganos necesarios para la reproducción. En aquel futuro ya lejano, la diferencia sexual había sido erradicada y los individuos, perfectos andróginos platónicos, eran creados en sofisticadas incubadoras. Se otorgaron a estas mujeres oscuros instintos ya olvidados: territorialidad, capacidad de asombro, mecanismos de defensa de la prole. Estas mujeres sabrían cómo seleccionar a los machos más fuertes de la tribu y llevarían con ellas la memoria del fuego, para que enseñaran a nuestros ancestros a domeñar y destruir todo aquello que les rodeara.

Cuando el Proyecto llegó a su punto culminante, las enviadas fueron bautizadas con raros nombres tomados de los textos más antiguos, como Ishtar, Eva, Lilit, Coatlicue, Gea. La humanidad entera, unos cuantos individuos que vivían fuera de la Tierra, se despidió de sus ancestros poco antes de que fueran enviados al pasado. El Proyecto Orígenes se convirtió en el gran espectáculo futuro. Los vehículos monitorearon la evolución entera de la vida: la humanidad asistió, por medio de sofisticados mecanismos de registro y percepción, a la alborada del Precámbrico y fue testigo del esplendor de la era de los grandes dinosaurios. Había que exterminarlos, sin embargo, para permitir la existencia de combustible fósil y la evolución de los mamíferos, por lo que se lanzó un gigantesco meteorito para que se estrellara contra la superficie de la Tierra. Con la fascinación de quien contempla antiguas fotos ya borrosas, la humanidad futura presenció la sobrevivencia de los primeros mamíferos bajo una pertinaz lluvia de ceniza ocasionada por el infierno glacial. Tiempo después las Enviadas fueron descubiertas apareándose con los violentos primates y sus vástagos nacieron tal y como se esperaba: inteligentes, agresivos, dispuestos a conquistar todo el planeta, aunque un vago temor a las estrellas y la veneración por el fuego encendieron en ellos los mecanismos de la Culpa y la Desdicha. La...

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