Proyecto Familia/ Internet: ¿Una niñera cibernética?
Autor | Ruben Romero |
Algo similar a lo que sucedió cuando llegó la televisión parece estar ocurriendo con la llegada de la computadora e Internet a un segmento importante de nuestra sociedad.
La televisión y la computadora están siendo utilizados como herramienta de entretenimiento, en especial para los niños, lo que permite a padres y madres de familia tener a sus hijos ocupados y en casa.
Esto, que a primera vista parece muy conveniente, puede implicar que se corran algunos riesgos, en especial cuando la Internet se convierte en una "niñera cibernética" y queda bajo el control de los mismos niños.
Es básico reconocer que hay una diferencia importante entre la televisión e Internet. Mientras que el usuario de la televisión es un receptor pasivo, en Internet es altamente interactivo y puede influir o ser influido por aquellos con quienes interactúa.
El televidente no tiene la opción de responder de manera directa al emisor de los mensajes o los programas, que en el caso de la televisión son pocos e identificados, mientras que en Internet los emisores se cuentan por millones, pueden ser anónimos si así lo desean, y se puede sostener una conversación al igual que intercambiar cualquier tipo de información en forma de texto, audio, video o gráficas.
Así como es posible encontrar gran cantidad de sitios que son educativos, divertidos e interesantes en Internet, también se puede tener acceso a pornografía y a sitios de cultos y sectas, o de juegos extremadamente violentos.
Quizá usted recuerde la tragedia de la secundaria de Columbine, en el estado de Colorado, donde dos estudiantes mataron con rifles de asalto a 12 de sus compañeros y a un profesor para luego suicidarse.
Investigaciones realizadas por la policía encontraron que ambos estudiantes acostumbraban navegar en Internet, y que uno de ellos tenía un "website" en el que explicaba cómo construir una bomba casera y recomendaba su fabricación "para matar a un grupo de gente".
¿Estaban esos padres enterados de las actividades de sus hijos?
¿Sabían de las ideas racistas que habían alimentado? ¿Se interesaban por la vida social y las amistades de su hijos? ¿Los motivaban a practicar algún deporte o a realizar alguna actividad cultural o artística?
En esa ignorancia y en esa distancia es donde puede encontrarse buena parte de la explicación del atentado: en la falta de comunicación, en la falta de guía y en la libertad tan absoluta de que gozaban esos jóvenes.
Es cierto que la revolución digital ya se inició, y que...
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