Proyecto Familia/ La guerra y los niños

AutorMagdalena R. de Mellado

Como todos los días, Linda se levanta por las mañanas y prepara el desayuno, recoge el periódico y enciende el televisor para ver la temperatura. Mientras espera el segmento del clima, escucha las noticias que desde hace ya unos meses hablan de lo mismo: la guerra.

Rumbo a la escuela, Rodrigo, su hijo pequeño, enciende el radio. De pronto dice:

- "Tengo miedo a la guerra, mamá".

Linda de primer impulso le dice:

- "Todo se va a resolver de la mejor manera".

- "El otro día Luis me dijo que un señor que vive muy lejos tiene unas bombas llenas de microbios, y que a nosotros por estar tan cerca de Estados Unidos, también nos van a caer, que nos vamos a enfermar y a morir todos. También Lalo nos dijo que los americanos también van a mandar muchas bombas a los de allá y que no va a quedar nadie en el mundo. Que ésta va a ser la tercera y última guerra mundial. ¿Verdad que eso no va a pasar mamá?", dice el niño angustiado.

Hablarlo en familia

Nos guste o no, el enfrentamiento armado entre Estados Unidos e Iraq es latente, así como las consecuencias de dicho evento.

Los niños no son ajenos a lo que pasa y se escucha en los medios de comunicación. No faltan los noticieros, programas o locutores hablando sobre el tema. Y es muy normal que tengan miedo, pues además platican entre amigos y ponen a volar la imaginación, lo que hace que aumente el estrés causado por la situación.

A medida que pasan los días, los niveles de ansiedad pueden ir aumentando, por lo que algunos especialistas, como la psicóloga educativa Victoria Castillo, hacen algunas recomendaciones que podrían ser de utilidad y ayudar a manejar la problemática.

La vida sigue

- Es importante que la familia siga su vida normal y que no entre en un ciclo de psicosis.

Los niños se sienten seguros si ven que los padres actúan normalmente.

Existen lugares en la República que por estar en la frontera están expuestos a mayor estrés. Y éste aumenta si se hace un cambio drástico en la vida, como por ejemplo prohibir a los hijos salir a jugar o hacer compras de pánico.

Lo mejor para calmar un poco los nervios naturales de una guerra, es actuar con normalidad.

- Evitar en lo posible que los niños pequeños vean las noticias, y si lo hacen comentar lo que se ve o se oye en familia.

Ayuda mucho cuestionar las fuentes de las que provienen estas noticias frente a los niños.

Es necesario dejar que los niños pregunten, y decirles únicamente aquella información que están solicitando, siempre y cuando el niño no...

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