Proyecto Familia/ El fantasma de la infidelidad

AutorMaru Sweeney

"Infidelidad", su simple mención evoca sentimientos de rabia, desilusión, resentimiento.

Cuando una relación de pareja -matrimonio o noviazgo- termina, suele ser un acontecimiento triste, pero cuando este rompimiento es debido a una tercera persona, es además humillante y más doloroso aún.

La infidelidad se da en todos los niveles sociales y sus causas pueden ser infinitas y tan individuales como lo es cada persona.

Es un mal que amenaza la familia y destruye la sociedad. Erradicarla es casi tan difícil como intentar curar un cáncer avanzado.

Sin embargo, la infidelidad es un mal que puede prevenirse.

Los signos

La persona que es infiel, difícilmente puede ocultarlo.

Por lo general, se muestra fría y distante. Suele recalcar los defectos a su pareja más de lo normal, para tener como justificarse en caso de ser "atrapada".

La relación sexual se reduce dramáticamente, si no es que desaparece. Las excusas para estar ausente de casa son frecuentes.

En el caso del noviazgo, las llamadas se reducen o cesan. Los detalles se pierden y las excusas para discutir o pelear surgen a cada instante.

Aunque estos signos pueden únicamente significar que la persona pasa por un mal momento (frustración profesional o simple depresión), la persona que conoce a su pareja suele tener una sensibilidad especial para detectar que hay algo que está fallando en la relación.

Reacciones ante los hechos

La mayoría de las personas suelen reclamar al infiel en forma histérica, arman un drama de película, y hay quienes abandonan el hogar sin esperar a hablar.

Y no es para menos que una traición haga sentir a la persona humillada y resentida, ya que su autoestima se ve seriamente dañada.

Sin embargo, si se ama a la persona de verdad y se quiere recuperar tanto el cariño, atención y estabilidad matrimonial, se debe actuar con cautela e inteligencia.

Dejarse llevar por el enojo es fácil, y lejos de recuperar a la persona, se le aleja más o -peor aún- se le lanza precisamente a los brazos de la otra persona.

Además, el enojo puede transformarse fácilmente en ira y las consecuencias pueden ser fatales.

Nada justifica una infidelidad, sobre todo en el matrimonio, pues muchos hombres y mujeres la utilizan como arma para decirle a su pareja "en qué fallaron". Sin embargo, es importante al momento de descubrir (con hechos y no chismes ni adivinanzas) una infidelidad, analizar cómo es la relación actual con la pareja. Resulta muy fácil culpar al otro de sus fallas cuando a lo mejor...

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