Proyecto Familia / También ellos sufren violencia

AutorLucina Guerrero

En los noticiarios se ha mencionado con frecuencia la violencia intrafamiliar, sobre todo la que ejercen los padres o tutores sobre los menores, niños y niñas que dependen de ellos, para lograr un desarrollo óptimo como personas autónomas e independientes.

Sin embargo, también existe la violencia que ejerce el hombre sobre la mujer, al sentirse el poderoso, el dueño de la situación, aquél cuyos deseos y órdenes no se deben cuestionar.

Hay infinidad de denuncias de estas agresiones, ya que la sociedad está cambiando. Ya se está gestando la cultura de la denuncia, de igual manera los medios de comunicación le ceden la importancia requerida.

Pero existen otras víctimas que no denuncian que son agredidas, por la vergüenza de que los vecinos, la gente y la sociedad entera se dé cuenta de lo que están viviendo en el interior de sus hogares.

Hago referencia a la violencia que ejercen algunas mujeres en contra de sus parejas.

A la luz pública han salido pocos casos donde es la mujer la que golpea al marido, a su pareja, abusa de su condición de mujer, se siente protegida por los derechos de su género, por las autoridades, porque amenazan constantemente con denunciarlos, de enviarlos a la cárcel por algún motivo.

En la experiencia de Pedro, desde el noviazgo su relación fue inestable, se estableció con su pareja en unión libre.

A los pocos meses, ambos hablaban de separación por la forma de comportarse de ella, quien no admitía que se discutieran sus peticiones al momento en que las solicitaba. Quería tener control absoluto de él, de sus movimientos, de su cartera, de sus amistades, del tiempo que pasaba fuera de casa.

Había golpes, descalabradas, insultos, gritos, y su pareja incluso le arrojaba objetos con el afán de herirlo.

La mujer para evitar la separación se embarazó. Pedro se dejó convencer por ella, solo él mismo sabe por qué, sin embargo, la separación se concretó.

Nació un niño y él se ocupó de los gastos del bebé. Pasó el tiempo y como veía descuido en el menor decidió regresar con ella para estar al pendiente, más cerca de su hijo.

Durmiendo con el enemigo

Las cosas en vez de mejorar se agravaron más, ya que el comportamiento violento de la pareja de Pedro ya no sólo era con él, sino con el niño, el cual es manipulado por la madre y le tiene un inmenso temor.

Ella tiene por costumbre amenazar siempre con denunciar cualquier cosa, incluso miente constantemente, dramatiza, llora, para convencer a su interlocutor que lo mismo puede ser la...

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