Proyecto Familia / Serpientes y escaleras

Diana Adriana T. de Páez

¿Te acuerdas del juego de serpientes y escaleras, en el que cuando alguien caía en una acción mala, estaba esperándole la víbora que lo llevaba a ver y "vivir" las consecuencias de la misma?

Todo esto enseñaba a ver que si uno cometía una acción no apropiada, ésta era seguida de consecuencias. Aprendía a respetar las reglas y la autoridad, a responsabilizarse de lo que hacía, reconocer sus faltas y sufrir el castigo merecido.

En 1965, el psicólogo Albert Bandura realizó un estudio donde se mostró a unos niños a un adulto golpeando un payaso inflable. La continuación de esa acción se presentó diferente a tres grupos de menores: uno vio al adulto ser amonestado; otro, que se le premiaba; el último observó que el adulto no sufrió ninguna consecuencia.

Luego los niños entraron a un cuarto con juguetes donde estaba también el payaso inflable. Los niños que vieron que el adulto fue premiado o no sancionado se mostraban violentos contra el muñeco.

Esto en resumen se llama impunidad, que la Real Academia define como falta de castigo. Y de aquí la responsabilidad que tenemos de hacer que esto no suceda con las personas que tenemos a nuestro cargo: hijos, empleados o alumnos.

Tenemos la obligación de que se haga la diferencia entre lo que está bien de lo que está mal y que se apliquen las consecuencias buenas o malas que tienen las...

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