Proyecto Familia / Lleva la fiesta en paz con la familia política

José Luis Favela

Y justo cuando uno cree saber cuántos hermanos y hermanas tiene, se da cuenta de que al casarse se suman a la familia personas que no se eligieron propiamente, pero que venían con el cónyuge en el "paquete familiar" (suegros, cuñados, tíos, primos, abuelos). Vivir alrededor de ellos, con ellos, y al mismo tiempo en paz con la pareja, requiere de algo más que suerte.

Hay algunas actitudes y hábitos que se pueden tomar en cuenta para llevar una relación envidiable con la familia política, como por ejemplo las siguientes:

·Respeto. Este virtuoso hábito es muy útil en la sana convivencia. En un momento de catarsis, que los habrá muchos por parte de la pareja, es probable que nos sumemos a la crítica de su familia. De momento puede funcionar, pero posteriormente representará una diferencia matrimonial. Es preferible mantenerse al margen todo lo que se pueda.

·Cordialidad. Ningún respeto bien fundado va acompañado de un trato hosco o tan serio que parezca rudo. La cordialidad es una práctica que combina la franqueza con la amabilidad. Es decir, en medida de lo posible "llevar la fiesta en paz". Aunque en el camino en la relación con la familia política se deban definir y ajustar algunos límites, siempre es mejor hacerlo con amabilidad.

·Genuino interés por el otro. Lejos de basar este punto en una resignación, es mejor pensar que existen dos razones para comenzar intencionalmente a buscar una relación más profunda y duradera. Una de ellas es que son personas con las que se convivirá por mucho...

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