Proyectan al mundo ciudades con museos
| Autor | Carlos Rubio |
Corresponsal
MADRID.- España ha vivido en los últimos 15 años todo un fenómeno ligado al establecimiento de museos e instituciones culturales de prestigio en ciudades hasta hace poco no incluidas en las tradicionales rutas turísticas, logrando con ello convertirlas en referentes para propios y extraños.
El ejemplo clásico, por ser el primero en cambiar radicalmente el rostro de la ciudad elegida, fue el Gu-ggenheim de Bilbao, una imponente obra del arquitecto Frank Ghery asentada en la ría de Bilbao, en una zona que hasta ese momento era un lugar sólo de actividad portuaria.
Como relata Juan Ignacio Vidarte, director del Guggenheim de Bilbao, en el caso de esta ciudad del País Vasco el proyecto se concibió desde su origen como parte de una estrategia de transformación de la ciudad y por tanto, estaba enmarcado en una serie de objetivos que ésta se había marcado en cuanto a su transformación de cara al futuro.
"Uno de los objetivos era reforzar la centralidad cultural de Bilbao, porque se consideraba que esto era un factor importante para la nueva dimensión que la ciudad debía adoptar si quería jugar un papel en el siglo 21 dentro de una configuración europea nueva", dice Viadarte, quien resalta que el Guggenheim ha aportado a Bilbao una infraestructura cultural con una proyección internacional que antes no tenía.
"Con este museo la ciudad cobró una visibilidad en el mundo que antes no tenía, y a la vez consiguió ayudar a la ciudad a la transformación urbanística de una zona muy concreta que hace 20 años era un sitio marginal, fundamentalmente relacionado con las actividades portuarias y que hoy, gracias en parte al museo, es un espacio de oportunidades culturales al que se han sumado proyectos como el Palacio Euskalduna de la Música o la Biblioteca de la Universidad de Deusto", señala Vidarte.
Carlos Sánchez García, director de la revista Arte y Libros, considera que, en efecto, en la última década se han consolidado una serie de iniciativas culturales que han tenido efecto dinamizador y transformador en las ciudades donde se han implantado, más allá de los beneficios que han podido aportar como puras instituciones culturales, mejorando los ingresos especialmente relacionados con el turismo y la imagen de las localidades donde se han instalado.
"Ha sido un fenómeno interesante, porque localidades como Alzulza, Huesca, León, Avilés, Agoncillo, no figuraban en posibles itinerarios culturales salvo por referencias de naturaleza o históricas...
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