Urbanización de la provincia del multiculturalismo

AutorPablo Lazo Briones
Páginas75-91
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Autocrítica de la filosofía única
vía una filosofía de la (multi)cultura
Urbanización de la provincia del multiculturalismo
La urbanización de la provincia del multiculturalismo se lleva a cabo no olvi-
dando, nunca olvidando el aspecto jurídico-político, sino fundamentándolo
desde el análisis más amplio, y que es su condición de posibilidad, de los
aspectos antropológico, hermenéutico y ético. Este momento constructivo de la in-
vestigación será desplegado de manera cabal más adelante (en tanto que los primeros
capítulos quisieron ser el momento negativo o crítico, o “deconstructivo” en un sen-
tido amplio, necesario para comenzar a construir).
De momento, entonces, reiteramos, para evitar apresuradas sospechas o prema-
turos desencantos, que la pretensión de urbanizar la provincia del multiculturalismo
va justo en el sentido de alcanzar un discurso ético y jurídico político lo suficien-
temente disruptor como para que no sea de nuevo absorbido por los mecanismos
culturales de aceptación o institucionalización no transformadores de la sociedad
en cuestión. Sin el debate jurídico político, y la orientación (al menos indicada) de
su puesta en práctica en el medio social, el intento antropológico y hermenéutico
de fundamentación del fenómeno multicultural quedaría inutilizado de antemano.
Encaminados hacia este fin práctico de la reflexión filosófica de la multicultura-
lidad, esto es, hacia la reflexión sobre las condiciones de posibilidad ético-herme-
néuticas de una política y una reorientación de la estructura jurídica en sentido pluri-
cultural, la pregunta que es necesario formular es: justamente la que indaga sobre el
¿por qué la reiteración y proliferación de los discursos de enfoque jurídico-político,
que más bien han devenido obtusos, socialmente hablando? Pueden darse múltiples
respuestas a esta pregunta, desde las que tienen que ver con las condiciones de com-
petitividad de los discursos académicos de cara a la ganancia de recursos y ventajas
CrítiCa del multiCulturalismo, resemantizaCión de la multiCulturalidad
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en el medio de la investigación y la docencia (becas, estancias de investigación, per-
tenencia a grupos más o menos endogámicos en las instituciones, etc.), hasta las que
tienen que ver con conveniencias partidistas, comunales o gremiales en la dinámica
agonística en que los distintos discursos sociales configuran las identidades de los
grupos y los individuos y su papel social, siempre en confrontación con otros grupos
e individuos —dinámica agonística como la descrita por Lyotard o Foucault cuando
se refieren a la encarnación de relaciones poder-saber en los discursos y prácticas
culturales que distinguen una época, una episteme en particular.1 No obstante la im-
portancia de estas respuestas que conducirían a la presente investigación hacia otros
lugares de reflexión que salen de su objetivo primordial, concentrémonos más bien
en una que de seguro explica tanto las dinámicas agonísticas académicas como las
sociales de predominancia de un discurso sobre otros: el hecho de que la mayor parte
de los discursos sobre el multiculturalismo así producidos se concentren en la defen-
sa o en el debate sobre la universalidad o particularismo de las formas culturales en
juego, de sus deberes o derechos y de los estilos culturales de ser asimismo univer-
sales o particulares, y de las estrategias políticas para su conservación, protección y
promoción.2
Es esta discusión sobre la universalidad defendida o atacada, o el particularis-
mo ensalzado, o reprimido que toma las distintas figuras académicas y políticas del
debate jurídico-político, lo que anima la sobreproducción de textos sobre el multi-
culturalismo. ¿De dónde proviene esta discusión? ¿Cuál es su raíz? Nos permitimos
introducir un aserto que intentaremos, en adelante, sostener: de un modo radical,
en su raíz histórica y en cuanto a su condición de posibilidad fundante, el debate
jurídico-político sobre el multiculturalismo proviene de la discusión sobre la uni-
versalidad de la naturaleza humana y sus rasgos esenciales de despliegue en la vida
pública (de Platón y Aristóteles al liberalismo político de los siglos xvii y xviii y sus
figuras predominantes: Rousseau, Locke, Kant, Condillac),3 que proviene a su vez,
más radical, de una explicación más abarcante o universal sobre el papel que jugaría
la naturaleza humana como parte de un cosmos, de un mundo, de un todo absoluto
que la contiene y es su razón última. Es decir, la intención de una filosofía univer-
salista, metafísica, que alcanza los debates jurídico-políticos del multiculturalismo
1 Lyotard, J. F., La condición postmoderna, caps. 6 y 7; Foucault, M., El orden del discurso, Tus-
quets, 2002.
2 Kymlicka, W., Ciudadanía multicultural, caps. 5 y 6; “Derechos humanos y justicia etnocultural”
en La política vernácula, Paidós, Barcelona, 2003; “Derechos individuales y derechos de grupo en la
democracia liberal”, Isegoría, 14, 1996.
3 Taylor, Ch., Fuentes del yo, pp. 265-321. Véase Lazo Briones, P., Interpretación y Acción. El
sentido hermenéutico del pensamiento ético-político de Charles Taylor, cap. IV.

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